XXXVI

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ENIGMA DEL ALMA REFLEJADA

Al mirarte, no descubro tus defectos,

sino que en tus sombras hallo los míos.

Al alabarte, encuentro en tus virtudes

lo que mi existencia lleva escondido.


¿Cómo podría juzgarte,

cuando el espejo de tu ser refleja mis propios errores?

¿Cómo celebrar mis virtudes, si el valor que en ti reconozco

es también un eco de mi propia luz?


Criticarte sería desnudar mi imperfección

y revelar las grietas de mi alma.

No valorarte sería negar la chispa que enciende mi ser.


Tu rostro se convierte en un espejo que revela

lo oculto en mi introspección.

El ojo sagaz descubre en tu realidad

la verdad incompleta de mi corazón,

mientras que el ojo sombrío proyecta en tu claridad

los fantasmas y tinieblas de su propia oscuridad.

Luz de ocasoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora