7.

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◑: ¿Estás seguro de que deberíamos hacer esto?

◐: Pero claro. ¿Vas a esperar que otrx le pida permiso de cortejo?

◑: No, pero ¿qué pasará si no lo acepta? No sé si estoy listo para ese tipo de humillación.

◐: Ideas otra estrategia de conquista y lo vuelves a intentar, él no puede estar con otra persona, nos pertenece, es nuestro delta.

◑: Creo que el celo está comenzando a afectarte a pesar de que falta un mes para que llegue, ni siquiera hemos empezado el cortejo.

El alfa no sabía lo que estaba haciendo, quería pedir permiso de cortejo a ese lindo chico, pero tenía miedo de ser rechazado, porque una cosa era que Jungkook supiera que sentía hacia él y otra cosa es que lo aceptara.

Con miedo y mucha, mucha fuerza de voluntad, citó al menor en la misma cascada donde había sido su primera cita. Tenía chocolates y flores, pero no eran rosas como las que cualquier otra persona hubiera usado, eran camelias rojas, le había costado trabajo conseguirlas, pero sentía que esas eran las que debía darle a su amado. Lo había citado a las 7:00 p.m, era sábado, así que no habría problema si se desvelaban, Jungkook llegó puntualmente, al ver los chocolates y las flores un extraño nerviosismo lo invadió.

— Ok seré directo... No sé qué ha estado pasando alrededor tuyo, pero es que hay algo que me pide tenerte cerca, no puedo sacarte de mi cabeza, sé que esto es algo raro porque ambos somos alfas, pero me encantaría que me des el permiso de cortejarte.

— Estás diciendo que...

— Sí Jungkook, quiero que seas mi delta... No me refiero a que quiero que seas igual de sumiso que un omega, ni quiero que seas igual a uno en ninguno de los sentidos, porque si no te estaría obligando a ser algo que no eres, únicamente te pido que me dejes ser tu alfa.

— ¿Estás seguro hyung? Odiaría que lo vieran como un alfa débil por estar conmigo.

— Eso debería preguntártelo yo a ti, después de todo, tú serás el delta.

— La verdad, no me importa lo que los otros piensen y creo que mi familia no tendrá nada en contra. Me preocupa más usted.

— Yo sé que mis padres no lo van a aceptar, pero no importa, es mi vida y yo elijo mi propio camino, les guste o no. Además, eso no será tu culpa en absoluto, será culpa de ellos por tener ese tipo de prejuicios de mierda.

— ¿Eso significa que lo hará público?

— Si eso te hace sentir feliz, lo haré.

— ¿No le va a dar pena que lo vean con un delta en vez de con un omega?

— Para nada, mereces alguien que esté orgulloso de ser tu alfa, no una persona cobarde que te niegue.

El menor realmente quería estar con su mayor, pero no se sentía realmente seguro de poder vivir con el pensamiento de que por su culpa el alfa se distanciara de su familia.

— En ese caso, te doy permiso de cortejarme.

Recibió felizmente las flores y los chocolates, pasaron el resto de la noche platicando para conocerse más entre sí, así fue como descubrieron que ambos temían a las alturas.

Mientras, la Diosa Luna veía satisfecha desde el cielo como esas almas se volvían a encontrar felizmente y por lo pronto no tendrían que preocuparse de que algo malo fuera a pasar, pues habían decidido no hacer nada público hasta asegurarse de querer estar juntos.

ϕ Vida tras vida. ϕ T.KDonde viven las historias. Descúbrelo ahora