Cap. 35 Con el tiempo es mejor

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Bárbara

No puedo creer todo lo que nos ha tocado vivir, cuando parte de nuestra historia de amor salga a las pantallas van a creer que es una novela tanto drama que hemos atravesado, y tantos momentos increíbles, debo recalcar que todo ha sido para bien, lo malo nos ha enseñado a madurar, y lo bueno es lo que quiero mantener en mis pensamientos.

Es increíble tener de nuevo la ilusión de un bebé, nada quitará de mis recuerdos a mi pequeña, la mantengo en mi corazón, y prometo cuidar mucho a mi Maca, que se sienta cómoda, a veces exagero, pero no logro evitar pensar que algo malo le pueda ocurrir o al bebé. Debo superar por completo el tema, pero ya Maca y yo lo hablamos y vamos poco a poco, con ayuda profesional, con ayuda de nuestra familia y con apoyo que Maca y yo nos estamos dando. Cambiamos muchas cosas en la decoración de la habitación del bebé, no queríamos tener ciertas cosas en la casa, cosas que habíamos comprado con la ilusión de tener a Elizabeth así que las donamos, y compramos cosas para esté bebé.

Voy camino a casa para ver a mi esposa, parecemos dos recién enamoradas, estamos avivando la llama del amor, no queremos perder el tiempo, no me canso de besar sus labios, su cuerpo, me encanta mi esposa, la amo con todo mi corazón, hoy quedamos en ir a un antro con nuestros amigos, quiero bailar con mi rubia, ella y yo disfrutamos bailar, recuerdo en Argentina cuando me dijo que al final el baile era para tocarme.

La amo tanto, tengo tanta ilusión de tener a nuestro bebé, de acariciarlo, de tenerlo entre mis brazos, es una de las cosas por las cuales estoy sobreprotegiendo a mi Maquita, pero no la voy a asfixiar, debo controlar eso en mí, la Doctora que nos trata, ella me dice que estoy desarrollando una sobreprotección a raíz de la perdida de nuestro primer hija, esos miedos debo ir suplantándolos por la seguridad que me brinda una nueva oportunidad, además no creo que tantas tragedias le ocurran a una sola persona, "eso es algo que me repito constantemente", para alejar mis pensamientos. Le compre unas rosas blancas a mi esposa, y aunque pasamos el día masajeando, hoy tengo ese deseo de abrazarla como si el mundo se fuera a acabar. Llegue a Casa a donde siempre quiero estar, entro y está mi princesa, en la habitación frente al espejo, la tomo por detrás, le dejo besos por el rededor de su cuello, con mis manos alrededor de su cintura. Huelo ese perfume que me hipnotiza, que hermosa es mi esposa.

Bárbara: ¡Que hermosa está mi esposa!

Macarena: ¿Mi esposa está emocional?

Ella me observo a través del espejo, mientras en su mano tenía un labial color cereza.

Bárbara: Enamorada, apasionada, deslumbrada, encantada, hechizada, tu provocas tantas cosas en mí, que a veces no me concentro en mi trabajo.

Macarena: Ahhhhh te amo, que bella, a veces me dejas sin palabras, eres demasiado hermosa.

Bárbara: Tienes un brillo especial en tus ojos.

Macarena: Eso es porque estoy jodidamente enamorada de ti.

Bárbara: ¿Malas palabras?

Macarena: ¡Lo siento!

Bárbara: Recuerda que tenemos un bebé cerca, y tenemos que ser ejemplo

Ella bajo su mirada a su vientre y le hablo a nuestro bebé

Macarena: Sabes, esa palabra no debe estar en tu vocabulario, a tus madres a veces se les salen, pero no debes repetirlas.

Volteo a mi esposa, me da tanta ternura que le hable así a nuestro bebé, la acerco a mi cuerpo, y pego mi frente a la de ella, me acerco a su boca, y beso esos labios, esos labios carnosos, deliciosos de mi rubia, con esa tonalidad cereza, y ese olor que me hace deslizar mis labios, por debajo de su barbilla, ella gime, bajo a su cuello quedándome allí por un buen rato, hasta que la cordura nos trajo de vuelta, en un susurro de mi reina; ¿Debemos ir?

No puedo estar sin ti! 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora