El Profesor De Pociones

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El tiempo pasaba rápido, un nuevo ciclo escolar empezó para su hijo. No creía que ya fuera a su tercer año en Hogwarts. Su hijo se hacía cada vez mayor y debía enfrentarse a su vejez próximamente. Antes de seguir en sus pensamientos deprimentes se alegro que esta vez no hubo ningún problema en la estación más que Ginny se presentará con su nueva pareja en la estación para despedir a sus hijos. Decir que Harry, Ron y Hermione estaban sorprendidos era poco. Ellos aún juraba que Draco Malfoy sería la pareja de Ginny, pero no, entre ellos sólo existía amistad. Ahí estaba ella de la mano de Blaise Zabini, tampoco es que aceptarán del todo esa relación, pero se decían que pudo haber sido peor. A Ginny no le importaba lo que ellos podrían decir sobre el asunto. Ginny y Blaise habían salido salido desde el año pasado gracias a que Draco los presento, pero no habían querido dar un siguiente paso sin que los hijos de Ginny aceptarán la relación y eso era lo realmente importaba.

Durante ese tiempo volvió a toparse con Potter, ahora sin gritos ni reclamos. Potter lo ignoro y Draco fue feliz. Ahora podía decir que era feliz, había decidido volver a contactar con sus amigos de la escuela durante el primer año que había regresado a Inglaterra. Durante el segundo decidió que debía limar asperezas familiares y con mucho esfuerzo contactó con Andromeda y Teddy para hablar.

Fue difícil pero ahora podría decir que tenía una relación buena con ellos. Tan así fue que contra todo pronóstico Teddy salió de la Academia de Aurores decidiendo que no era lo suyo y que quería probar otra cosa. Decidió que este probar nuevas cosas eran las pociones, por lo que se había convertido en el aprendiz de Draco. Esta decisión de ser aprendiz de Draco, ni su abuela ni Harry la sabían, lo que sabían era que había decidió estudiar pociones. Su abuela sospechaba quien era su maestro, pero a Harry ni se lo menciono. Suficiente con que Harry le dijera que estaba decepcionado por no seguir los pasos de su madre y de él.

Ese tercer año de estar en Inglaterra recibió una carta de Neville, diciéndole que aún no tenían quien tomará las clases de pociones en Hogwarts y que sólo tenía que decirle sí a la profesora McGonagall sobre ello. Draco estaba por rechazar de nuevo la oferta.

- Tío, creo que deberías aceptar

- ¿No sabes que es de mala educación leer correspondencia ajena?

- Recuerda que mi mala educación viene de Potter y los Weasley

- ¿Si acepto el puesto quien te ayudaría a ti?

- ¿Me dices que el gran Draco Malfoy no puede enseñarle a unos niños y a un aprendiz mientras mantiene una empresa de pociones internacional y varios negocios muggles? ¡Qué gran decepción! ¿Qué dirán tus fans cuando se enteren? O ¿es que el fantástico Draco Malfoy le teme dar clases a unos niños? - Draco dejó de sonreír- Oh, no lo sabía, pero lo harías bien, eres un gran profesor. Estoy seguro que...

- No son los niños, son los padres.

- Ah, mira, no creo que el profesor Longbotton te dijera sobre el puesto si creyera que pudieras tener problemas. Muchos de los padres de los alumnos ni siquiera participaron en la guerra. - Draco lo miró sin creerle nada - Bueno, quizás algunos sí participaron pero seguro no tendrán ningún problema cuando vean lo magnífico que eres como profesor.

- ¿No te molestará tener que regresar a Hogwarts para seguir siendo mi aprendiz?

- Y ¿perderme de los traumas que dejaras en esos niños y en mis primos? Nunca ¿empacamos entonces?

Draco Malfoy y su forma de enamorarse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora