La Cita

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Harry nunca hubiese imaginado estar ahí esperando a Draco Malfoy. Estaba muy nervioso y no entendía bien la razón. Hablaba sin problemas con él, habían tenido una extraña plática junto a Ginny y Blaise con sus hijos referente a su relación. Pero esto no era sobre sus hijos, o sobre sus disputas pasadas. Esta vez era sobre ellos, era platicar y conocerse mejor como personas: era una cita.

Una cita, se repitió, una cita con Drcao Malfoy. Definitivamente no podía estar más nervioso. Tenía que ser sincero, siempre se trató de una cita, pero darle ese nombre y enfrentarlo le ponía aún más nervioso. Miró a su alrededor, en un principio el lugar no le había parecido malo, pero ahora sentía que quizá no estaba a la altura de alguien como Draco. Aunque ahora no sabía muy bien cómo pensar del hombre. Muchas cosas habían cambiado en su forma de ver al rubio desde aquel 2017.

- ¿Así que Holland Park? Supongo que London Fields estaba muy cerca ¿no, Potter?

-¿Qué? - Brinco Harry del susto. Draco había interrumpido su cadena de pensamientos sobre qué lugar hubiera sido más apropiado para la cita, la gran cita. - Perdón, no lo pensé muy bien. Solo me pareció que podríamos, no lo sé ¿salir de nuestra zona de confort?

- Tranquilo, es un buen lugar y los pavo reales no son albinos. Me gusta.

- ¿Quieres un café en tu mano para hacerlo oficial?

- Me leíste el pensamiento, ¿o eres muy buen legeremamte o yo soy muy mal oclumante?

- Te puedo asegurar que ninguna de las dos - le sonrió de la forma más coqueta que tenía en su repertorio

-¿Crees que soy un buen oclumante?

- Podemos hacer una prueba más tarde

- Estaré encantado de intentarlo

La cita comenzó muy bien y ambos podían estar de acuerdo en que cada minuto era mejor. Caminaron por los jardines japoneses, Draco les tomó varias fotos. Le enseñó a Harry lo útil de un teléfono. "Harry, te has acostumbrado demasiado a la magia" le había dicho en algún momento del día. Harry se entero como fue que Draco tenía tanto conocimiento del mundo muggle. Por fin supo cómo había llegado a Francia de la misma boca de Draco y no de otros.

-¡Como pasa el tiempo! Ya son las nueve. En verdad me estoy divirtiendo mucho- Harry pensó con esto que Draco ya se quería ir, pero él aún no estaba realmente preparado para que ese día terminara.

-¿Puedo acompañarte a casa?

- Claro, si te parece pasar otras tres horas a mi lado

-Hasta el amanecer si me lo permites

- Entonces vamos - Draco empezó a caminar a su casa. Quince minutos después Harry se preguntó por qué están caminando. Según él recordaba Draco tenía un carro.

- Draco, ¿vamos a ir caminando hasta tu casa?

- Sí, caminaremos a mi casa ¿ya te has arrepentido?

- ¿Qué tan lejos está tu casa? ¿No será mucho, verdad?

- Te dije que eran unas tres horas caminando, pensé que habías escuchado

- Pensé que estabas exagerando - dijo Harry alarmado - ya sabes como una broma

- Vamos, Harry. El ejercicio es bueno. Además dijiste que hasta el amanecer.

- No digo que no quiera estar a tu lado, solo que ¿tres horas? Es de noche, hace frío, llegaremos muy tarde ¿no te parece? No dormirás mucho tiempo ¿y tu sueño reparador de belleza?

- Harry - Draco empezaba a ponerse nervioso - te aseguro que aún sin dormir 8 horas soy hermoso, deja de quejarte y disfruta conmigo. Si tienes frío, siempre puedo ayudarte con ello.

Harry decidió callarse y aprovechar la oportunidad de pasar más tiempo juntos. Seguir a su lado, caminar, platicar, tomarse de las manos. Draco aprovecho ese silencio para respirar, no tenía la menor idea de cómo decirle que James estaba en casa, les había dado hasta las 11, y no quería otra sorpresa. Asi que entre más tiempo tardarán mejor. Aunque a estas alturas hubiera querido que Harry hubiera ofrecido su casa, para ser honesto consigo mismo. Por lo pronto estaban ahí caminando en las calles de Londres tomados de la mano. Parecía que siempre hubiese sido de esa forma.

Draco Malfoy y su forma de enamorarse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora