Capítulo 27: "La propuesta que nunca nombró"

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Dos semanas luego de la fiesta, el panorama se había aclarado para ambos. El médico decretó que estaba esperando a un hijo, no obstante, también me advirtió que, debido a mi arrogancia hacia el peligro, no estaba en condiciones de realizar ningún tipo de actividad que requiera esfuerzo. Talon también tenía su tarea que sería mucho más complicada que la mía: debía asegurarse de que yo cumpliera con las instrucciones del médico. De modo que pasaría más tiempo junto a mí.

Para entonces, nos encontrábamos en una de las habitaciones más costosas y espaciosas del castillo noxiano. Swain nos la había cedido con la intención secundaria de que el niño que naciera trabajara para él. No estaba de acuerdo con la idea, pero no podía pasar nueve meses encerrada en la pequeña habitación de huéspedes. En realidad, no podía estar encerrada.

-Quiero irme- me quejé.

-Que pena- contestó Talon.

Él se encontraba apoyado en la gran puerta de madera que era mi pase hacia la libertad que había perdido temporalmente. Los tobillos cruzados y una mirada arrogante, me dio una sensación cercana a sentirme intimidada.
Por mi parte, me hallaba acostada a la fuerza en la cama matrimonial revestida de sábanas blancas y resplandecientes. Dos almohadones se encontraban acomodados detrás de mi cabeza para que pueda tener una mejor visión sin la necesidad de resentir el cuello.

-Quiero café- protesté con la intención de que se corriera de la puerta.

-Yo también.

-Prepara dos, entonces.

-¿Tengo cara de sirviente?

-Tienes cara de aburrido.

Hubo un silencio flotando entre nosotros por unos instantes.

-¿Sabes qué? Hace una semana que estoy instalada en esta cama. Me levantaré y prepararé el café, para ambos- agregué mientras me incorporaba.

Me quité la sábana que escondía mis piernas: se encontraban casi desnudas, la camisa grande que traía puesta apenas alcanzaba a cubrirlas. Acto seguido, utilicé la cama como asiento y estiré mis brazos acompañándolo con un bostezo exagerado. Pude volver a apreciar mi abdomen ínfimamente elevado, fue extraño y bastante sorprendente.

Lo miré de soslayo: él me observaba con una mirada encendida que estaba apunto de incinerarme, mientras se relamía disimuladamente los labios. Estaba muy guapo, esa actitud de chico malo me causaba ternura, en especial cuando se ponía terco conmigo. Sus ojos castaños eran mi fuerza vital, y cuando se fundían junto a los míos hacían desaparecer al entorno, nos hacían volvernos él y yo en una misma sintonía.

Caminé hacia la diminuta cocina que se encontraba en la misma habitación. En la mesada se hallaba el frasco con granos de café, sin embargo, nunca antes había preparado uno ya que no me había sentido obligada a hacerlo. Desde que me había convertido más humana que animal, mi tolerancia hacia ciertas comidas había tomado un rumbo diferente; el café, la carne blanca, los dulces y algunas verduras podían ser ingeridos por mi esófago. Esto ocurría gracias a mi fácil mecanismo de adaptación a los medios.

Por otra parte, Talon se reía por lo bajo cuando vio cómo preparaba esa bebida, si es que así se podía llamar.

-¡No te rías! Esto es difícil- exclamé con una mueca fingida de tristeza.

Me concentré. Tomé la pava con agua hirviendo dentro y la coloqué en el vaso. Quise golpear mi cabeza cuando recordé que primero iban los granos de café. Tiré frustrada el agua y suspiré ahogando mis inquietudes en un resoplido.
De repente, sentí como dos manos tomaban las mías por detrás, rozando antes los antebrazos hasta llegar a mi dedos.

Del odio al amor.- League of Legends (Ahri x Talon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora