-¡No fue una maldita pregunta! Me acompañarás, necesito que lo hagas- dije elevando mi tono de voz, pues la ignorante multitud me había sacado de mis casillas.
Clavé mi mirada desoladora en sus ojos, dejándole en claro que no era momento para negarse a mis órdenes. Un brillo rojizo se presentó en mis pupilas, uno tan significante como la mismísima sangre de mis asesinatos. Era la señal. En ese pequeño resplandor escarlata perecían el odio y la ira de las esencias de cada soldado; me estaban devorando mi alma como lobos hambrientos. Sabía que el momento llegaría, las almas que consumí, ahora me consumían. Mi personalidad se desvanecía de a poco transformándose en una llena de resentimientos.
-¿Estás bien?- preguntó Marshall al notarme diferente.
-No lo sé...- contesté apoyando una de mis manos en mi pecho-. Sólo necesito que me acompañes y hables con Talon, realmente te lo ruego-.
El aceptó al verme en ese estado tan deplorable, quizás fue lástima lo que sintió por mí.Nos dirigimos al Castillo sin mencionar una palabra al respecto. Por mi parte, apenas podía moverme, cojeaba con ayuda de Marshall, estaba en mi límite. Sin embargo, cuando logramos llegar allí, el entorno no era el habitual. Era demasiado formal, algo aburrido. Me causó intriga aquel fenómeno decorativo que lograba un ambiente más presentable.
Nos encaminamos hacia la enfermería, mis heridas empeoraban de una manera realmente preocupante. Pero, a pesar de todo, cada vez que daba un paso delante y me acercaba al lugar donde mi alivio descansaba esperándome, sentía cierta pena ya que ensuciaba el suelo impecable con la sangre de aquellos guerreros Noxianos.
Los asistentes que trabajaban allí me observaban extrañados, pues no era normal que una mujer ensangrentada entrase al Castillo acompañada de un joven pobretón. Ellos no tenían el derecho de opinar, es por eso que intentaban ignorarnos. Sin embargo, antes que pudiera encontrar la anhelada enfermería, mi vista comenzó a nublarse, mi corazón a palpitar demasiado rápido y mis sentidos vitales fallaban. Ya no oía bien, los diferentes ruidos se interponían logrando confundirme. Dejé de respirar correctamente, el aire se sentía pesado, como si faltara oxígeno en él. Mis párpados querían cerrarse, pero mi voluntad los enfrentó; inevitablemente pestañeaba muy seguido, como si quisiera caer en un sueño eterno, pero la esperanza de mantenerme consiente para lograr salvar a aquel sector que corría un riesgo injusto trató de luchar en contra de mi estado. En otras palabras, mi fuerza física se encontraba en batalla contra mi fuerza espiritual.
-No te preocupes. Estamos cerca- comentó Marshall al notarme con un mirada perdida.
-Lo sé, es allí, en esa habitación- contesté casi murmurando.
Entré todavía cojeando, y no esperaba sorprenderme. Allí se hallaba alguien que no me hubiera gustado conocer, así es, Riven. Ella poseía todo su brazo envuelto en gasas y varias heridas en su rostro. Sus ropas estaban rotas por tajos demasiados perfectos, parecían hechos con una espada muy afilada.
-¿Quién te ha hecho eso?- preguntó fría, con una voz cortante.
-No es de tu incumbencia- respondí mirándola desafiante.
-Lo sé. Si es por mí, puedes morirte. Pero, no recordaste la cena con el general Darius, ¿Verdad? El puesto honorífico de Talon dependía de eso, y tú no asististe- replicó abriéndome los ojos.
Miré al suelo, retractándome de mi grave error. Le había prometido no faltar a aquella cena, pero mi arrogancia fue estúpidamente más importante.
-¿Cómo pude...? Soy una idiota- comenté frunciendo el ceño.
Marshall me observó receloso, sin embargo, mucho no le importó ya que, al volverse a percatar de mis graves heridas, decidió utilizar sus escasas habilidades de curandero para sanarme.
Él limpió, desinfectó y reseñó las cicatrices más profundas que agrietaron mi cuerpo, pero mi fuerza física no mejoraba, parecía empeorar con el paso de cada segundo que avanzaba en el tiempo.
Riven decidió quedarse para controlar el trabajo que Marshall ejercía sobre mí y, también, para hacernos compañía con su presencia.
Pero... ¿Qué sucedería cuando Talon me encuentre en ese estado? Le había prometido volver para la cena con Darius y no pude cumplir tan siquiera con ello.
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Del odio al amor.- League of Legends (Ahri x Talon)
FanfictionAhri era una criatura inteligente, así que se adaptó a las costumbres de la sociedad humana y aprovechó su don de la belleza para atraer a los hombres incautos y poder consumir sus esencias de vida, para poder sentirse aún más completa... Pero su cr...