Del odio al amor.- League of Legends (Ahri x Talon)

Capitulo 6: "Su humillación, mi suerte"

Era un agujero oscuro, húmedo y escalofriante, parecido a una cueva. Tenía el privilegio de tener el peor calabozo de todos los de Noxus, se lo llamaba "La esperanza" ya que ese sentimiento era el único que podía mantenerte vivo estando allí. Iba a ser ejecutada el día siguiente, sería una víctima más del teatro penitenciario del famoso Draven, el ejecutor de prisioneros. Él había revolucionado la aburrida ejecución normal al entretenimiento más conocido de Noxus. Draven dejaba que el prisionero corra lo suficientemente lejos, hasta que, antes de que desaparezca por completo, sea asesinado por un lanzamiento implacable de su hacha. Era un desafío que el encarcelado debía correr como último intento de salvar su vida. Los espectadores siempre quedaban estupefactos y fascinados al verlo hacer su dramática ejecución, y mañana sería mi turno, pero no iba a permitirme ser un títere más en su juego de fama.
Ese día llego tan rápido que parecía una pesadilla. Dos guardias me escoltaron hacia el campo de ejecución donde todos estaban mirando en sus tribunas. Desde los de la realeza hasta los plebeyos mezquinos estaban aguardando ansiosos para verme muerta por un hacha. Por otro lado, Draven estaba esperándome, mientras la gente lo aclamaba. Me arrojaron en el suelo arenoso de allí y los guardias se retiraron.
-¡Damas y caballeros! La ladrona Ahri, será ejecutada por el ¡Grandioso Draven!- comentó un presentador.
-¡Vamos, zorrita! Corre por tu vida, haber que tan lejos puedes ir.- comentó la real estrella.
Me reí exageradamente, dejándole en claro que no me intimidaba.
-Dudo que puedas clavarme ese hacha desde ésta distancia.- dije alejándome unos pocos metros.- ¿Quieres probar suerte?-
Toda la multitud se fascinó con mi arrogancia hacia el peligro. Se podían notar sus auras de ansiedad e intriga.
-Esas serán tus últimas palabras, zorra.- replicó.
Parecía fácil lo que debía hacer, de modo que decidió arrojar su hacha con los ojos cerrados y de espaldas hacia mi. Pero cuando lo hizo, falló gracias a que la esquivé.
Los espectadores se inmutaron y observaron a Draven con recelo.
-¿Eso es todo?- le pregunté riéndome en su cara.- Pensé que te llamaban el Gran Draven por algo...-
-Tuviste suerte, no la tendrás en la próxima.- contestó y me arrojó otra hacha más, la última que le quedaba. La esquivé hábilmente con mi magia. Él se quedó estupefacto, enojado por haberle quitado toda la fama que había labrado con gran esfuerzo. Estaba enfadado, decidió atacarme cuerpo a cuerpo y de nuevo perdió. Le arrojé varios hechizos que lo dejaron casi muerto.
La multitud me aplaudió, otra me abucheó, pero todos estaban sorprendidos ante mis habilidades.
-Das asco, Draven.- le dije en el oído.
Entre tanta gente que me observaba identifiqué rápidamente a Katarina, luego a Talon y después al rey de Noxus sentado en un trono especial que lo resaltaba entre todos.
Los guardias se vieron obligados a liberarme de mi pena de prisión ya que había ganado el desafío, había logrado que lo imposible se volviera fácilmente posible.
Fue realmente divertido humillar a Draven en su propio juego, pero, luego de unos días, algo inesperadamente interesante pasó en la ciudad de Demacia.