Del odio al amor.- League of Legends (Ahri x Talon)

Capitulo 4: "La noticia"

Había pasado una semana en la cual había estado sola completamente. Uno de esos días, me decidí entrar a un bar de allí donde conocí a un hombre llamado Yasuo, un antiguo habitante Joniano. Esa noche, tan frígida y quebrada, ligué con él, tan cerca de esquilmarle la esencia, pero no lo hice. No fue sino porque estaba muy ebria por la cerveza que había bebido, de modo que como consecuencia, al día siguiente, solo conseguí mucha resaca.
En esa larga y aburrida semana, no me había enterado nada nuevo acerca de Talon, excepto que trabajaba con Katarina, pero nadie sabía su existencia ya que actuaba como la sombra del General que lo gobernaba. Solamente seguía las órdenes que su Mayor le encomendaba o de personas que él no podía derrotar, como lo sería éste.
Por otro lado, había empezado a tratar de cambiar, pero seguía con las mismas costumbres y hábitos de siempre, no sería algo fácil de removerlas de mi rutina. De modo que traté de encontrar otra manera de borrar mis pecados, pero ninguna me pareció lógica.
Una de las noches desoladas de las cuales odiaba, a pesar de poder apreciar una hermosa luna llena, pude observar algo que rompió completamente mi corazón. Estaba sentada en un tejado de una casa en el cual me había trepado hábilmente para mirar la apacible vista al cielo tan prometedora; desde allí, se podía observar el Castillo de Noxus con gran nitidez y claridad. Katarina y Talon se encontraban allí, en uno de los cuartos de la gran edificación del cual los podía ver a través de un gran ventanal. Ella lo abrazó intensamente, como si de una pareja se tratase, y luego, al parecer, lo besó, pero no había podido apreciarlo completamente.
-¿Cómo puede...- me pregunté incompletamente mientras un vacío se ensanchaba en mi alma.
Después de recapacitar de ese hecho, recordé una de las frases que, en algún momento de cuando era una verdadera zorra, había oído...

"Los zorros del bosque de Jonia aúllan como demonios cuando llega la noche; ¿Sabes por qué? : para quebrar el silencio que los aterroriza."

Una lágrima se desplazó sobre mi rostro, recorriendo lentamente mis facciones hasta caer. Luego otra al recordar mis miedos, al percatarme de cuanto deseaba ese amor al igual que los humanos, al saber lo que se sentía ser traicionada por alguien sin poder evitarlo, al notar que mi única verdadera compañía era la soledad y el silencio de las mentiras y engaños. Todas las lágrimas de desplomaban mientras observaba a la feliz pareja disfrutar de un sentimiento que nunca iba a poder sentir. No estaba destinada a vivir contenta acompañada de alguien quien quisiera estar en mi vida con valentía, decidido a permanecer a mi lado.
-¿Por qué? ¿Por qué no puedo?- me pregunté mascullando una y otra vez, mientras lloraba tapándome los ojos con mis manos.
-Vaya. Hasta tú tienes sentimientos.- su voz me resultaba conocida, era de alguien que deseaba escuchar.- ¿Qué pasó ahora, alguien te rechazó?-
-¿Talon? ¿Acaso no estabas allí... Con Katarina?- repliqué secando mi rostro húmedo.
Se río exageradamente.
-Ella no es Katarina, su nombre es Sarah, pero se hace llamar Miss Fortune. No estoy seguro el por qué esta allí tal marinera... Pero, ¿Estabas llorando por ello?- contestó con seguridad de la respuesta.
Asentí sin dejar de mirar entristecida a la pareja.
-¿Podrías enterrar tu hoja oculta en mi cuello? En este momento, sería un lujo morir súbitamente.- comenté con un tono tembloroso.- Estoy destinada a vivir sola, con la atemorizante compañía del silencio de la mentira que me está consumiendo de a poco. No existe nadie que quiera acompañarme en mi vida, estar incondicionalmente junto a mi...-
-Al parecer, no soy el único que padece la insoportable soledad.- agregó observando la bellísima luna, resplandeciendo entre las demás estrellas.- ¿Sabes? Si existe una persona que quiere estar contigo...- dijo quitándose la capucha que cubría su rostro.
Era un joven hombre realmente hermoso, sus facciones del rostro eran incomparables con otras, parecía de otro universo, no encajaba con los de su raza.
-No mientas... No la hay.- respondí a su comentario negativamente.
-Estas al lado de esa persona...-