Amanecí con la suave brisa que provenía de aquel ventanal, ese que fue testigo de una noche prohibida. Un escandaloso frío revoloteó mi oscuro cabello despertándome por completo. La luz del día encandiló mis pupilas e iluminó la habitación tenuemente. Noté que Talon no se encontraba en aquella cama, de modo que me incorporé para verificar que lo sucedido no halla sido un hermoso y placentero sueño. Froté mis ojos y quité las lagañas que dormían cerca de ellos; acompañé esa suave y joven mañana con un bostezo repentino, lleno de fantasías e ilusiones de amor.
-Por fin despiertas- comentó una voz masculina que pronto reconocí como la de Talon.
-¿Y el buenos días, mi amor?- pregunté.
Él sonrió.
-¿Buenos días? Buenas tardes.- Me corrigió.
-¿Qué hora es?- consulté escondiéndome entre las blancas sábanas.
-Las once-
-No es tan tarde, ¿A qué hora despertaste?- Insistí.
-Seis de la madrugada-
-¿¡Eh!? ¿Por qué rayos te gusta madrugar?-
Volvió a sonreír, pero esta vez se acercó a mí.
-¿La sorpresa fue digna para una zorra tan hermosa como tú?- preguntó burlándose de mi típico tono coqueto.
-No la recuerdo. Me gustaría que me volvieras a sorprender- contesté insinuante.
-Si pones esa cara ruborizada de nuevo, lo pensaré- musitó mirándome con ternura.
Tomé su brazo y jalé de él logrando que Talon perdiera el equilibrio y cayera sobre la cama. Nos hallábamos uno al lado del otro y, con decisión, lo envolví en un fuerte abrazo enredando mis nueve suaves colas de zorro por todo su cuerpo.
-Cállate. No quiero darte el gusto- mascullé en su oído.
-Lo estás haciendo- replicó alegre mientras tomaba mi cintura.
Sin embargo, antes de que algo más sucediera entre nosotros, el crujir de la puerta abriéndose nos interrumpió. Ambos nos separamos rápido, pero no lo suficientemente.
-¿Debí haber tocado?- preguntó una voz femenina.
Me percaté demasiado tarde que mi atuendo no yacía en mi cuerpo. Estaba en frente de alguien más en ropa interior; cubrí mi piel desnuda con las sábanas.
Era Riven, la perra que destruyó Jonia. Ahora invadía mi privacidad la malparida.
-Sí, ¿Quién te permitió entrar al Castillo?- pregunté casi gruñéndole.
-Swain, éste es su castillo. Debería preguntar desde cuándo deja que zorras de las alcantarillas se infiltren en esta majestuosa edificación- dijo con un tono de pelea.
-Si no fuera por respeto, ya hubiera acabado contigo-
-Sé que Noxus provocó un daño irracional en Jonia, sé que participé en él. Pero, te aseguro que no mereces ni una gota de respeto de mi parte, tampoco arrepentimiento. Eres una asesina sin razón aparente, ¿No crees que deberías agradecer todo lo que conseguiste con engaños?-
Talon clavó su mirada fría en los ojos de Riven, dejándola callada, marcándole un límite.
-Hablaré más tarde contigo, Talon. Pueden seguir besuqueándose babosos pervertidos, yo me retiro de aquí- agregó enfadada al notar la insípida reacción de él.
-¿Me perdonas? Tengo que ir, no puedo arriesgarme a perderla ahora, la batalla contra Demacia se acerca- explicó yendo tras Riven.
-Bien, pero no te quejes por las consecuencias- repliqué celosa.
Volvió a acercarse a mí, pero ésta vez golpeó suavemente mi frente.
-Nunca te sustituiría por nadie, idiota. Confía en mí- comentó para luego irse.
Se retiró de aquella habitación dejándome con la compañía de la brisa mañanera. Decidí vestirme y tomar rumbo hacia la infinita búsqueda de Yasuo, el espadachín forajido. No obstante, cuando me marché del Castillo Noxiano, en las calles se hallaba mucha más gente que la habitual, de modo que decidí inspeccionar la causa. Era una pelea entre dos espadas, en un duelo cuerpo a cuerpo, una batalla a muerte. Por desgracia, pude identificar que Yasuo era uno de los participantes que enfrentaba a Fiora, la famosa duelista de todo Valoran. Ella poseía un acento particular en su habla, uno típico de la antigua realeza que ya estaba extinto.
-Me gustas, odio tener que matarte- dijo la mujer con su espada en mano.
-Tranquila, nena. No lo harás- replicó él desvainando su arma.
Pensé en lo excitante que sería estar en una batalla honorífica de tal magnitud, sin embargo, Yasuo corría riesgo y muerto no serviría para nada.
-Esperen... A esto le falta más intriga, ¿No creen?.- Los detuve antes de que chocaran sus afiladas y peligrosas espadas- Quizás deberían hacer esto más... Picante. Si Fiora es la ganadora, Yasuo será desterrado de Noxus, pero si él gana, Fiora deshonrará a su familia por completo, sin poder remediarlo. Pero ambos seguirán viviendo, pase lo que pase- agregué para asegurar la vida de aquel espadachín del viento.
Ellos asintieron y el duelo comenzó. Ambas espadas se movían con tal habilidad y talento que parecían cortar hasta el mismísimo aire. Parecían bailarines cuando movían su arma de lado a lado para defenderse y tratar de buscar la victoria. Fue realmente entretenido verlos luchar, pero me hallaba nerviosa deseando que ninguno tuviera aquel triste final.
-¡Ustedes! ¡Los dos! ¡Bajen sus espadas o serán arrestados! Esto es inaceptable- gritó un guardia de la ciudad.
Ellos hicieron caso y la interesante batalla quedó en un empate que desilusionó a los ciudadanos que se habían detenido a observar, incluyéndome.
-Mm... Realmente me interesas, ¿Qué escondes en tu alma?- pregunté al espadachín, Yasuo.
Miré a través de su esencia. No me encontré con lo que esperaba, fue algo mucho peor. Una lágrima de tristeza se desprendió de mis ojos al percatarme lo que la oscura alma de Yasuo escondía en su interior. Aquella pequeña gota desprendía el dolor que él sufrió, queriendo eliminarlo de su conciencia. Su pasado y su presente fueron modificados por injusticias y malentendidos. Sus sentimientos llegaron a mí sin habernos dicho nada aún, pues su esencia hablaba por él. Fruncí mis puños y sequé mi mejilla, todavía tenía una misión que cumplir...
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Del odio al amor.- League of Legends (Ahri x Talon)
FanfictionAhri era una criatura inteligente, así que se adaptó a las costumbres de la sociedad humana y aprovechó su don de la belleza para atraer a los hombres incautos y poder consumir sus esencias de vida, para poder sentirse aún más completa... Pero su cr...