Del odio al amor.- League of Legends (Ahri x Talon)

Capitulo 9: "Lo absurdo, lo dulce, lo abstracto y perfecto"

En la oscuridad que podía apreciar dentro de mi sueño, pude divisar una luz blanca y resplandeciente, totalmente llamativa. Podía oír mi nombre constantemente en forma de eco, pero cada vez que resonaba era aún más fuerte que la anterior voz. Pude darme cuenta que había despertado a la realidad; Talon estaba al lado mío mientras que Akali tratando de lograr que reaccionara del sueño en el cual me había sumergido.
-¿Dónde estoy...?- pregunté cuando pude encontrarme lo suficientemente lúcida.
-Estás conmigo.- dijo Talon aún sosteniendo mi mano.
Lo observé con ternura, podía sentirme tranquila cerca de él, era un sentimiento único que lo manifesté solamente con Talon. Dirigí mi mano hacia su rostro cubierto por la capucha, lo acaricié suavemente, intentando relajarlo ya que parecía muy tenso al verme tan herida.
-Quiero ver tu rostro...- comenté con las pocas fuerzas que aún me quedaban.
Él se quitó su capucha hacia atrás mientras me miraba con intriga y una especie de dulce paciencia.
-Tienes que ser tú. Talon, la sombra de la cuchilla, el enigmático asesino, me enamoré de ti.- dije con una voz enfermiza mientras una lágrima de felicidad recorría mi rostro.
Había podido sentir el amor, el verdadero, el que todos los humanos anhelan padecer en algún momento de sus vidas. Prometí nunca enamorarme, que sería algo absurdo, pero realmente deseaba sentir tal sentimiento abstracto y perfecto.
Él esbozó una pequeña sonrisa llena de felicidad que solo yo pude sentir.
-Ahora que sigue, ¿El beso?- comentó Akali algo molesta, había podido oír toda nuestra conversación.
Talon la miró seguro, dejándola callada con su fría mirada.
Él se acercó hacia mi rostro lentamente, acercó su boca hacia la mía y, finalmente, me besó. Sentí como el dulzor me llenaba por completo, como nos uníamos los dos en una sola sintonía. Pude sentir la intensa fusión de nuestros labios, como cada uno, pasaba a ser parte del otro.
Otra lágrima brotó de mis ojos, pero no era de tristeza sino de felicidad, la alegría de poder sentir algo que no estaba destinado para una Kumiho como lo era yo. Esa pequeña gota de sentimientos encontrados, cayó sobre el suelo, quebrándose. Sin embargo, se transformó en una hermosa rosa, la flor que representa al amor, a ese que tanto deseaba, algo realmente inalcanzable para alguien con un pasado tan oscuro como el mío.
-¿Ahora crees que realmente me gustas?- me preguntó con una dulce sonrisa.
-No puedo mentirte. Me enamoré, todas las mañanas cuando me despierto pienso en ti, eres la persona más interesante que he conocido... Es imposible que no crea en tus palabras, sean cuales sean.- repliqué con los ojos llorosos, era una sensación tan incómoda, pero, al mismo tiempo, sentía que me estaba liberando de unas pesadas cadenas muy dentro de mi.
Nos dijimos todo con las miradas, no había nada más que aclarar, pude entender que él sentía lo mismo que yo.
Cerré mis ojos lentamente y, con un apacible suspiro, pude conciliar el sueño que tanto buscaba. Al fin podía descansar en paz con la dulce compañía de alguien como él.