Involucrarme en la vida de Yasuo era lo que debía hacer para conseguir el total respeto de Noxus. Estaba decidida a realizarlo.
Sin embargo, cuando pude encontrarme fuera del Castillo Noxiano, decidí encaminarme a aquel bar donde había conocido al habilidoso espadachín del viento por primera vez.
El crepúsculo dominaba cuando llegué allí. La luna parecía asomarse presentando la llegada de la noche estrellada que iba a predominar al poco tiempo. Era la escena de un día muriéndose, de la luz desvaneciéndose por la llegada de la oscuridad estelar.
Divisé varios jóvenes sentados bebiendo en la barra, pero no al hombre que buscaba. Traté de observar con detenimiento, mas no pude hallarlo.
Pensé que, como era un marginado sin hogar alguno, estaría en las afueras de Noxus. Me encaminé en su búsqueda.
Horas y horas, paso por paso, pero nadie se encontraba allí. Ya era de noche y la oscuridad se avecinó en los ríos de los cielos. La luna aparentaba estar cortada a cuchillo sobre los bosques y predominaba observándonos entretenida, mientras que las estrellas decoraban su alrededor como pequeñas luces blancas y brillantes. La suave brisa acompañaba el ambiente entregando un toque de naturalidad a la vida de aquellos astros celestiales. Era un paisaje privilegiado, completamente insólito.
-No, detente- masculló una voz en un sector del gigantesco bosque.
Me causó intriga ya que, para ese entonces, me encontraba cerca de Demacia, la ciudad donde los delitos no existen, la segura y perfecta, es decir, horrenda para mi gusto.
Me acerqué hacia aquel lugar de donde el sonido había provenido. Mis grandes orejas de zorro se afinaron y oyeron todo con claridad. Divisé, entre la arboleda amontonada, a Garen y... ¿Katarina?
Me escondí detrás de un tronco lo suficientemente ancho para apreciar el objetivo de tal encuentro enemista.
-Eres preciosa- musitó él en su oído mientras la besaba en el cuello.
Sonrió complacida y lujuriosa, totalmente sonrojada.
-Esto no está bien- dijo ella separándolo de su cuerpo.
-No hay problema, nadie se enterará- reafirmó él.
Ella suspiraba por cada beso que Garen clavaba en su cuerpo.
Era una especie de amor prohibido, uno hermoso y tentador.
Katarina dejó que sus instintos la guiarán, se detuvo a pensar en ella misma y en lo que quería sin poner a Noxus delante.
-Otórgame la misma adrenalina que me diste en aquella batalla...- dijo ella entregándose por completo a él.
Mentiría si dijera que ellos no se besaron apasionadamente bajo la sombra de aquel árbol torcido y jorobado que compartía su entorno romántico. No pude evitar pensar por qué tanta pasión y química entre ellos cuando sus ciudades nativas estaban dentro de una guerra que parecía infinita, quizás correr el riesgo fue lo que los unió, ellos quería realmente sumergirse en lo peligroso, arriesgar todo por su pasión. Los humanos tienden a gustarme por esas actitudes inexplicables e imperfectamente perfectas. No quise seguir preguntándome nada en lo absoluto sobre ellos, me bastaba con mi hipótesis incoherente sobre su amor, sobre su destino alocado.
Una sonrisa me fue robada cuando terminé de responder mis dudas; pude entender que no era yo quien debía detonar el peligro, sino ellos, en especial Katarina, ella era la privilegiada, no yo...
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Del odio al amor.- League of Legends (Ahri x Talon)
FanfictionAhri era una criatura inteligente, así que se adaptó a las costumbres de la sociedad humana y aprovechó su don de la belleza para atraer a los hombres incautos y poder consumir sus esencias de vida, para poder sentirse aún más completa... Pero su cr...