Del odio al amor.- League of Legends (Ahri x Talon)

Capítulo 24: "Un receso de los problemas"

Una semana luego del extravagante y emocionante duelo de espadas en aquel bosque, tuve el privilegio de encontrarme cara a cara nuevamente con Lux, la luz de Demacia. Ella, como de costumbre, se hallaba infiltrada en Noxus, intentando encontrar el punto débil de esa ciudad. De modo que me causó demasiadas dudas; hubiera apostado que Demacia tenía cosas más importantes que hacer en contra de su estado enemista si iba a atacar a aquel sector débil escondido detrás de los muros menos fuertes.
-¡Lux! ¿Cómo estás?- pregunté alegre de su presencia.
-Bien, ¿Qué cuentas tú?- replicó.
-Bueno, no lo sé, tantas cosas... Iré al grano: estoy esperando a un niño- contesté con una sonrisa.
-¡No-te-cre-o!¡Esto es genial! Debería hacer una fiesta para celebrarlo, es emocionante, ya quiero ver a una pequeña copia de Talon con nueve colas- exclamó más feliz que yo, parecía que realmente era su sueño más que el mío el de ser madre.
Me reí por su comentario.
-Bueno, gracias. Pero, hay algo que tengo que preguntarte, es relevante-.
-Sí, claro. Dime- contestó.
-¿Demacia piensa atacar Noxus por los muros traseros?¿Piensa saquear a ese sector para pagarle con la misma moneda?- consulté nerviosa, aguardando que su respuesta no sea mucho peor de lo que esperaba.
-¿Eh?¿De qué hablas? Demacia nunca me informó de eso. Jarvan IV nunca lo mencionó, dudo que sea cierto- respondió extrañada.
-Bien, me quedo con tu respuesta. Es posible que ese espadachín me haya engañando. Supongo que estoy perdiendo mi habilidad con las palabras-.
Estaba aliviada ya que ese sector nunca estuvo en peligro, pero enfadada, demasiado enojada ya que mi esfuerzo para defenderlos de la milicia fue en vano. Casi entregaba mi vida con el absurdo propósito de proteger a personas que nunca iban a ser atacadas.
Fue entonces cuando me pregunté: ¿Dónde quedó aquella zorra egoísta y orgullosa que sólo pensaba en sí misma?¿Desde cuándo los demás se volvieron mi preocupación?

Sí, había cambiado mi moralidad luego de pasar tiempo con Talon. Aunque nunca hubiera pensado que podría dar la vida por alguien ajeno a mí.
-¡Eh, Ahri!- gritó una voz femenina.
Giré hacia donde el sonido provenía y divisé a Katarina.
-Odio ser la de las malas noticias, pero debes asistir a una fiesta formal que Noxus hará para celebrar su triunfo ante todo Valoran, admitiendo ser la ciudad más fuerte y guerrera- comentó al notar que la había visto.
-¿Y qué tiene de malo?- pregunté confundida.
-Que no tienes un maldito vestido de gala- respondió.
-No te preocupes, iré con lo puesto, nadie lo notará- repliqué sin darle importancia.
-Yo, Talon, Swain, todos lo notaran. No es que me guste la ropa extremadamente costosa, pero esto es necesario, debemos dar una bonita imagen ya que vendrán personas reconocidas de toda Runaterra- explicó enfadada por el simple hecho de la fiesta.
-Bien, ¿Dónde lo consigo?
-Sígueme. Esta tienda te encantará- dijo con una mueca de satisfacción.
Me dirigió hacia un local pequeño que exhibía unas ropas impresionantes, pero a un precioso valioso. Desde vestidos para princesas hasta pantalones de gala, todo de la mas fina calidad y delicadeza.
-No sé si esto sea para mí- comenté con desagrado al notar aquella vestimenta.
-Haz el esfuerzo por una vez- contestó.
Nos adentramos a aquel lugar esperando ser atendidas por el dueño de la tienda. No esperábamos encontrarnos que aquel vendedor era un anciano.
-Buenos días señoritas, ¿Qué desean?- consultó generosamente el viejo.
-Necesitamos un vestido para ella, solo eso. Pero que sea a un precio accesible, no estoy interesada en perder mucho dinero- respondió rápidamente Katarina.
Me analizó de arriba hacia abajo, cada detalle de mi cuerpo y, cuando finalizó su rápido análisis, rió con una mueca, como si escondiera algo entre dientes.
-Dime, joven Kumiho, ¿Qué os parece éste vestido?- consultó mostrándome uno de color rojo que inevitablemente me hizo recordar a la sangre derramada de aquellos soldados que aniquilé.
-Es...inmejorable- dije observándolo con admiración.
Esa ropa representaba a mis pecados cometidos, sería un honor llevarlo ya que me recordaría que tan macabra fue mi vida y evitaría que yo repita aquellos errores, en ese color rojo escarlata se hallaba un sentimiento de conmoción.
-Quiero probármelo. Creo que es ideal para mí- dije decidida, completamente enamorada de aquella vestimenta.
Pasé al probador corriendo las cortinas que más tarde me cubrirían. Con el vestido en mano, me quité mi atuendo habitual para cubrir mi piel con esa tela que tanta atención me traía. Rojo sangre, me recordaba a los cientos de asesinatos que cometí, al verlo me traía nostalgia del corrompido pasado de una zorra asesina, recordándome también que aquella etapa la había podido superar.
Acabada al fin mi misión de arroparme el vestido, me observé al gran espejo que en ese estrecho y pequeño probador yacía colgado de la pared. Allí se encontraba una Kumiho con corazón y mente humano, con un alma mezclada de corrupción y amor. Aquellos ojos amarillos que se hallaban en su rostro demostraban la experiencia de vida que esa zorra poseía, aquellos ojos que fueron testigo de cosas indescriptibles y macabras, como cosas tan hermosas que nadie nunca pudo apreciar. Sus labios, que probaron el dulzor de varios otros, tan experimentados y perfectos que lograron ser tan atractivos como tramposos. Todo era aun más precioso con ese vestido, aquel representaba y resaltaba lo más hermoso y sensual de mí, parecía que estaba hecho a mi medida a propósito.
-Me lo llevo, no hay duda- exclamé corriendo las cortinas del probador para exhibirme.
-Te quedé genial, no puedo creer que encontraras tu vestido tan rápido- dijo Katarina mientras me observaba encantada.
-Sabía que os quedaríais perfecto, os veis como una princesa- agregó el vendedor con su genuino tono tan peculiar.
La fiesta sería esa misma noche, todos asistirían con trajes formales, incluso Talon. Me moría de ganas de verlo con su traje de gala, simplemente quería ver a mi muñeco de torta; aunque también estaba consciente de que debía platicar con Yasuo ya que me engañó sobre lo de Demacia...