Capitulo 22: "Reencuentro y disturbios"

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Respiré hondo, tomando el escaso aire fresco que permanecía en aquella enfermería. Por otra parte, mi cuerpo descansaba sobre la única y pequeña cama que yacía en esa habitación acogedora. Debía resistir, tenía que hacerlo.
Pasé saliva pensando en el penoso error que había cometido al no asistir a aquella famosa cena con el importante general Darius, hermano del conocido Draven, quien trató de aniquilarme cuando era una de las prisioneras de Noxus.
-Diablos, estás loca- mencionó una voz reconfortante.
Era Talon, Riven se encargó de llamarlo e informarle sobre mi arriesgada hazaña.
-Lo sé, por poco pierdo la cabeza. Siento no haber ido a aquella cena, soy una estúpida- repliqué sonriendo irónicamente.
Él tomó mi mano y se concentró solamente en mí, pues no había notado la presencia de su hermano en el cuarto.
-¿No me dirás nada? ¿Tan siquiera un maldito saludo? No creo haber visto tu rostro hace más de ocho largos años- mencionó Marshall, un poco desilusionado.
Talon dio la vuelta sorprendido de escuchar aquella voz que le resultaba tan familiar, aquel joven pobretón era su única familia viva. Al notarlo, él miró al suelo como si se arrepintiera de algo en donde ellos dos fueron los únicos involucrados; un conflicto que desprendía resentimiento desde su lugar en el pasado renació en aquel sitio.
-¿Ma-Marshall? ¿Realmente eres tú? Has crecido mucho, ahora eres todo un hombre, mírate- contestó mi pareja bastante tenso.
-¿Lo dices enserio? ¿Es una maldita broma?- consultó levantando su tono de voz, haciendo que mis oídos se alteraran y que mis sentidos empeoraran su estado, pues el ruido me causaba molestia-. Mírate tú. Eres un esclavo de la milicia, ¿Recuerdas cuando prometiste siempre odiarlos, tal como nos odiaban a nosotros, los débiles?- agregó.
-Éramos niños... Nunca quise dejarte solo. Mi vida corrió riesgo, no tuve otra opción que unirme a los Du Couteau, había perdido un duelo a muerte- respondió aún ofendido, parecía admitir con su rostro cubierto que Marshall era quien poseía la razón.
En ese instante, fue el joven pobretón quien reaccionó primero. Frunció sus puños y los lanzó llenos de furia en contra de Talon. Él, sorprendido de su reacción, los recibió con dolor.
-Deténganse, idiotas. Dejen sus problemas para más tarde, ¿Acaso no se dan cuenta que aquí hay una zorra herida?- exclamó Riven, tratando de involucrarse en una pelea que no estaba dentro de su incumbencia.
Sin embargo, al hacerlo, ella interpuso su brazo lastimado, ese enrollado en gasas manchadas de sangre. Gritó de dolor cuando recibió, sin intención, un puñetazo en su herida.
-Luego lo arreglaremos, hermano. No te escaparás ésta vez, como hace ocho años- contestó Marshall apretando sus dientes con ira.
Él se retiró de la habitación, dejando solo a Riven y Talon junto a mí. Ahora éramos tres heridos en una misma guerra.
-¿Cómo te sientes? Dolió, ¿Verdad?- le pregunté a mi pareja mientras limpiaba la sangre de su boca suavemente con mis dedos.
-No es nada. Lo tenía merecido, desde hace mucho tiempo- respondió preocupado aún más por mi salud.
-¿Y tú? ¿Quién te hizo eso?- consulté a Riven, refiriéndome a los tajos tan perfectos que decoraban su cuerpo.
-Digamos que... Un espadachín con el cual debo saldar cuentas-.
Pasé saliva, <<¿Acaso aquel espadachín era Yasuo?>> pensé nerviosa.
-Talon, ve tras Marshall, debes arreglar todo ese asunto tuyo- agregó ella.
-Si, creo que sería lo mejor, aunque dudo que quiera escucharme ahora-.
-Yo cuidaré de Ahri, puedes estar tranquilo- dijo gentilmente.
Sin embargo, antes de que pudiera tener una perspectiva clara, mi escasa fuerza vital se esfumó, llevándose algo de mí que nadie nunca pudo quitarme...

Del odio al amor.- League of Legends (Ahri x Talon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora