La estrategia funcionó, Katarina había logrado escaparse de Demacia, pero, para mi desgracia, yo no. No contábamos con que ese reino tuviera tantos soldados ágiles y fuertes, solo una de nosotras pudo escapar y decidí que fuera ella, se lo había prometido al pequeño Federick.
-Recibirás tu merecido, maldita rata.- comentó Garen con un rostro pintado de furia y remordimiento hacia mi.
-Preferiría que me llames zorra.- repliqué sin miedo a su amenaza.
No tendría idea de lo que me iban a hacer, de lo que iban a realizar en mi cuerpo. Me encaminaron a la fuerza hacia una sala donde ataron mis manos y pies verticalmente, logrando inmovilizarme por completo.
-¿Quieres jugar conmigo, joven guerrero?- pregunté aún sin ningún tipo de inconveniente.
Sin embargo, al notar que de mi magia no surgía efecto, me exalté bastante.
Una mujer con un látigo se acercó hacia mi. Ese iba a ser el castigo por salvarle la vida a una persona, pero, también, el castigo oculto que tanto merecía por mis engaños y mentiras. El primer golpe había dolido demasiado, grité de dolor al recibirlo y unas pequeñas lágrimas brotaron de mis ojos. Los siguientes fueron menos perjudiciales, quizás porque mi cuerpo se había acostumbrado a ellos, pero, de todas formas, el dolor era insoportable. Treinta latigazos recibí en mi abdomen y unos diez en mis piernas y brazos. Cubierta en sangre y odio, miré hacia mi agresora y le di efecto a mis poderes que no podía utilizar.
-Si serás maldita, perra.- comenté y mis nueve colas se convirtieron en fuego, ardientes como el mismísimo sol. Mi pelo se volvió rojo y mis ropas sagradas como la sangre que en mi cuerpo yacía.
-No te perdonaré.- agregué cuando mis ojos se volvieron llamas y mi cuerpo iba tomando fuerza.
Finalmente, me libré de las cadenas que me inmovilizaban y la tomé del cuello. Absorbí su esencia de vida, su alma en su totalidad; disfruté su expresión de dolor inevitable, de pánico al saber que iba a morir. Sentí como revivía por dentro, pero pronto caí desmayada cerca de su cadáver.
Había soñado con Talon, con su rostro y facciones, sus expresiones. Quería verlo una vez más, sentía como me iba muriendo desangrada en el suelo, deseando observar un hermoso y único rostro. La sangre y magia fluían en el suelo formando un charco líquido bajo mis lastimaduras, era una muerte lenta y dolorosa. Cerré mis ojos, entregándome al destino, esperando mi despedida ansiosa, aguardando ir a algún lugar hermoso y tranquilo, donde mi paz
pueda llenarse por completo. Pero, los dioses no lo quisieron de ese modo. Sentí los brazos de alguien rodearme y elevarme del suelo, como si fuera mi ángel, mi cuidador. Logré padecer como mis actitudes de zorro se convertían más en las de un pequeño cachorro cuando estaba con él.
-Despierta, quiero verte viva. Vamos, no puedes morir así.- dijo una voz que resonaba tenuemente en mis oídos como un eco constante.
-¿Estoy muerta?- mascullé con mis últimas fuerzas, mientras abría lentamente mis párpados.
- No vuelvas a asustarme de esa forma.- agregó tranquilizando sus sentidos.
Divisé borrosamente la vestimenta de asesino, la capucha que cubría su rostro y, casi instantáneo, supe que era Talon. Él me llevaba sujetada en sus dos brazos, a pesar de que estaba cubierta de sangre y mi aspecto había cambiado.
-¿Qué te has hecho?- preguntó preocupado mientras me llevaba hacia algún lugar.
-Cumplí mi promesa, puedo estar tranquila. Ella está bien...- balbuceé delirando.
-Te llevaré con Akali, quizás ella pueda curar estas heridas.- comentó preocupado y tenso.
Esa mujer sería la única salida de urgencias para mis lastimaduras, pues ella se hallaba en las afueras de Demacia y curaba al que lo necesitase además de ser una temible asesina.
No pude presenciar como habíamos podido salir de esa ciudad ya que mi cansancio no permitió que anduviera con los cinco sentidos activos.
-¿Qué os trae por aquí?- dijo la joven muchacha una vez que llegamos a su morada.
-Ella. Fue atacada y torturada por Demacia, perdió mucha sangre...- replicó nervioso.
Me vendó la gran mayoría de mi cuerpo y me obligó a beber una especie de sopa hecha con hierbas curativas utilizadas como calmantes.
-Con esto deberías mejorar, mucho más no puedo hacer, lo siento.- dijo la mujer.
Tomé la mano de Talon, disfrutando de su temperatura corporal. Lo miré con los ojos entreabiertos de dolor y separé mis labios queriendo decir algo.
-No me abandones... No quiero vivir lejos de ti, te necesito.- dije con mis últimas fuerzas y cerré mis párpados como última despedida, lo único que quería ver antes de morir era su rostro, y ya lo había hecho.
![](https://img.wattpad.com/cover/25581261-288-k841174.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Del odio al amor.- League of Legends (Ahri x Talon)
FanfictionAhri era una criatura inteligente, así que se adaptó a las costumbres de la sociedad humana y aprovechó su don de la belleza para atraer a los hombres incautos y poder consumir sus esencias de vida, para poder sentirse aún más completa... Pero su cr...