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Han pasado un par de semanas de encontrar a Ed por la calle, hemos estado hablando por mensajes diariamente, el insistía que nos viéramos pero yo encontraba excusas para negarme... La idea de salir con el me provocaba sentimientos de culpabilidad y por eso me negaba. Luego de tanta insistencia por parte de Ed, acepté.

*Inicio de llamada*

-¿Estas listo? Ya voy para allá-Hablo Ed

-Si, igual ya voy en camino- Oswald trataba de sonar tranquilo, pero se sentía muy culpable y nervioso

-Esta bien, nos vemos ahí-

*Fin de llamada*

Seguí caminando, el lugar de comida donde quedamos de ver no quedaba lejos de casa. Al llegar al restaurante, busque Ed con la mirada pero no estaba en el lugar, me senté en una mesa que estaba desocupada, minutos después llego Edward.

Después de tantos meses en soledad, estaba acompañado y me sentía feliz, extrañaba esa sensación de comodidad.

-Y lo peor de esa comida, fue que al morder la carne estaba cruda, ese restaurante es una completa basura Oswald-

-Tal vez tenían algo contra ti, yo igual eh visitado ese lugar y la comida la disfruto bastante-

-Entonces si tienen algo en contra de mi- Finalizó Ed y sonreímos

Se sentía como antes, después de todo ahora el destino parecía estar a nuestro favor, ambos estábamos solteros, tal vez esta era la oportunidad de que mi felicidad regrese. El sentimiento de culpa volvió a mi pecho, pero recordé que Ezra quería que fuera feliz.

-Oswald, ¿Has tenido información acerca de el accidente de Ezra? -

-Nada, están pensando en cerrar el caso porque no encontraron nada que diera pistas de quien fue-

-Lo siento mucho

-Lo se Ed, pero creo que Ezra esta bien donde quiera que este-

Pasamos el resto de la tarde platicando y riendo de cosas absurdas que les pasaron a Ed durante el tiempo que no nos vimos, caminamos por toda la cuidad como hace años lo hacíamos en Gotham, había pasado tanto tiempo desde esos momentos.

Cada uno regreso a su casa, pero seguimos platicando por mensajes hasta que Ed dejo de responder, supuse que estaba dormido ya. Un lucha interna conmigo mismo por decidir si lo que pasaba esta bien o mal no me dejaba descansar. Después de un rato me quede dormido.

Días después, Salí con Ed para ir a tomar un café, de nuevo la felicidad estaba presente en mi, definitivamente Ed me hacia bien... Pues los últimos meses estaba completamente lleno de soledad y momentos de tristeza.

-Deberíamos ir a la pista de hielo que van a abrir mañana-Me propuso Ed

-Si, estaría bien-Acepte sin dudarlo

Ed me acompaño a mi casa, para descansar y mañana ir a la pista de hielo.

-Gracias por acompañarme Ed, no hacia falta-

-Se que no hacia falta pero quería hacerlo-Me sonrió

-Bueno, nos vemos mañana- Dije y me acerque a el para darle un abrazo, el primer abrazo desde que nos reencontramos, Ed me correspondió al instante.

Nos separamos un poco, lo mire y sin pensarlo lo besé.

Sus labios se sentían tan bien, era un beso lento pero tan necesario para nosotros.

Cada segundo el beso subía de intensidad -¿Entramos?-Pregunto Ed con la voz agitada

Yo asentí y abrí la puerta de mi casa, continuamos besándonos mientras subíamos las escales de la entrada, al llegar a arriba nos tiramos al sillón, el beso seguía, cada vez más profundo, yo rozaba su entrepierna y el ahogaba sus gemidos en mi boca.

Cuando me di cuenta ya estaba Ed encima de mi sin camisa, mire su torso pálido y ligeramente delineado, me abalance sobre el besando y mordiendo su cuello levemente, poco a poco el desabotono mi camisa blanca.

Se deshizo de mi pantalón para después se quitarse el suyo y saco su miembro duro, me quite la única prenda que detenía a Ed para estar dentro de mi, el me jalo y puso mi pecho pegado al sillón, se acerco a mi espalda y la toco con sus dedos fríos, mi respuesta fue arquear mi espalda, sus labios de posaron en mi cuello y bajaron poco a poco a mi trasero, lo apretó con fuerza entre sus manos...

-Te deseo tanto Oswald-Me dijo al oído, yo estaba a nada de volverme loco de deseo, me pegue aún más a el, sintiendo con mi trasero, su erección, un gemido más en mi oído, me tomó por la cadera y yo solo me deje llevar por el momento, sin pensar en nada más que en Ed...



¡I Hate You! But... I love you. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora