26.

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Me resigne, sabia que no iba a regresar... Lo perdí, pues ahora va en camino a los brazos de otra persona que no soy yo.

El simple hecho de pensar en que El bese sus labios, hace que me hierva la sangre.

Quisiera ser yo el que siempre lo acompañe, el que tome de sus manos.

No sabia lo que era aborrecer a una persona hasta que me confeso que siente algo por Ezra.

Me levante del piso, y me fui a dormir.

*AL OTRO DÍA*

Me levante como todos los días, me metí a bañar y me vestí.

Salí a caminar, era sábado y hoy no trabajaba.

Me sentía vacío, ya no lloraba pero eso no significaba que me sintiera bien... Tenía mucha curiosidad de saber que paso con Oswald y el Imbécil de Ezra.

Espero que no se hayan visto, o si lo hicieron que la noche se les haya arruinado.

Supongo que se están quedando en su casa, debería ir...

En ese momento mire a la avenida y paré el primer taxi que paso.

Abrí la puerta y me subí, la cerré y dije.

-Buen día amable señor, yo le digo por donde-

El sonrió por el retrovisor y avanzo.

Llegamos al destino, pague y espere a que se fuera.

Camine rodeando la casa, y cuando llegue a la puerta trasera vi que estaba una mesa con pétalos de rosa sobre ella, un jarrón con rosas, demasiadas para mi gusto, velas apagadas. Tuvieron una cena romántica.

Cambie mi gesto, estaba furioso, los celos se estaban apoderando de mi.

-Edward, eres un estúpido- dijo esa voz que hace ya bastante tiempo no escuchaba y siempre llegaba en un mal momento a hacerlo peor.

-Vete, no es el momento, solo... Arruinaras las cosas- dije tratando de ignorarle.

-Tu las arruinaras, acabas de tocar la puerta de entrada- dijo.

Y cuando me di cuenta, estaba en la parte de enfrente, en la puerta.

Mi otra personalidad se apodero de mi y sin poder hacer nada me estaba manipulando.

-¡Voy!- se escucho desde adentro.

Esa no era la voz de Oswald, era El... Ezra.

Me enfurecí más, y deje de luchar contra mi otra personalidad y deje que tomara el control de la situación por completo.

Sonreí maliciosamente y mostré un gesto de enojo apretando la mandíbula.

Momentos después abrieron la puerta y tenia razón... Era Ezra.

El me miro sorprendido, lo mire y no tenia camisa, solo tenia un pantalón holgado, que estaba mal puesto, ya que dejaba ver un parte de ambos huesos de la cadera.

Su pecho blanco y con algo de vello en la parte superior, su abdomen estaba un poco marcado. En realidad se veía bien.

Volteé a verlo a la cara. Y dije molesto.

-¿Donde Esta Oswald?-

El me miro de arriba a abajo, burlándose.

-Esta dormido, y no quiero despertarlo, no le arruines su mañana... Así como le arruinaste su vida.- dije mirándome fijamente a los ojos, tratando de intimidarme.

¡I Hate You! But... I love you. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora