📅 AL DÍA SIGUIENTE
Lucía se había puesto sus auriculares y había salido avanzada la tarde a dar un paseo por el pueblo. Delia le había dicho que estaría con los demás en la plaza pero a ella no le apetecía ir. Quería pasear y estar sola un rato pensando en sus cosas.
Esta mañana cuando habló con su padre escuchó una voz de mujer al fondo y eso la había dejado preocupada. A ella no le importaba que su padre tuviera novia o que saliera con alguna mujer, lo que le molestaba era que él no se lo hubiera contado. Incluso había llorado un rato sintiéndose desplazada por su padre.
Estaba tan ensimismada en su música y en sus pensamientos que no escuchó la moto de Brahim acercarse a ella. El muchacho la había visto pasar delante suya y no se lo pensó dos veces cuando salió tras ella.
- Ei, Lu.
Lucía escuchó esa voz, la voz que la hacía temblar de pies a cabeza y que era la protagonista de la mayoría de sus sueños. Se dio la vuelta lentamente para sonreírle a Brahim, el cual al verla le dio un vuelco el corazón. Y esto no le había pasado nunca. Era nuevo para él que el corazón se le alterara y le latiera tan deprisa, solo con ver a una chica. Bueno, a esa chica.
- ¿Vas a atropellarme otra vez? - le preguntó ella con una burlona sonrisa mientras se quitaba los auriculares del oído.
- Me lo estoy pensando - le dijo él respondiendo a esa sonrisa con otra - ¿Dónde vas?
- A ningún sitio en concreto. Sólo daba un paseo -ella encogió sus hombros, a la vez que uno de sus pies movía la tierra que había bajo él.
- Anda, sube - le dijo él señalando su moto -quiero enseñarte un sitio. A no ser que no te gusten las motos...
- No me dan miedo si es lo que insinúas Brahim...
- Pues entonces sube, ¿o no te fías de mí?
Lucía miró a Brahim apretando sus labios. Decían del moreno que era peligroso. Estaba en un centro de menores. Algo tenía que serlo ¿no? Pero a pesar de todo, ella confiaba en él.
- ¿Dónde me vas a llevar? -le preguntó ella mientras se acercaba hacia donde estaba el chico y su moto.
- A un sitio. Es una sorpresa, pero te va a gustar.
Brahim se levantó de su moto y abrió el sillín. Cogió un casco y se lo tendió a Lucía. Ella se lo puso y espero a que él se sentara para sentarse tras su espalda. En cuanto estuvo montada, el chico arrancó la moto y cogió sus manos para ponerlas en su cintura. Gesto este que le hizo sufrir a la rubia, una pequeña descarga eléctrica en todo su cuerpo.
- Agárrate fuerte y si ves que voy muy deprisa me lo dices ¿vale? -por nada del mundo querría él que ella pasara un mal rato mientras la llevaba en su moto.
- Vale.
Lucía se agarró a Brahim con fuerza mientras él conducía, saliendo de las calles de Arroyo Laurel. Dejaron atrás las casas y él la llevó por la carretera que subía a lo alto del pueblo. Ella se abrazó al chico al sentir el viento en la cara y la velocidad del vehículo bajo sus pies. Brahim podía conducir más deprisa, pero llevar atrás a Lucía era una gran responsabilidad y no quería asustarla.
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El Castillo - Brahim Díaz
Teen FictionBrahim llevaba la palabra peligro tatuada en su piel. A sus 18 años era un conflicto andante. Después de este verano por fin sería libre y nada ni nadie lo podría parar. Lucía no quería pasar su último verano antes de ir a la Universidad en el puebl...