📅 MEDIODÍA DEL 24 DE DICIEMBRE
Arroyo Laurel. De nuevo volvía aquí. Y de nuevo disgustada. Pero ésta vez, no se quedaría tanto tiempo, ni él estaría.
Casi todos los días se preguntaba donde estaría, lo que haría, y si la habría olvidado. Si todos esos besos y esas caricias, se las estaba dando a otra. Y cuando pensaba eso, le daban unos celos que se moría y se ponía a llorar sin sentido. Intentó olvidar a Brahim, pero es que no podía. Salió con un chico de su clase y cuando él fue a besarla, ella lo rechazó instantáneamente. Era como si estuviera engañando a un Brahim que ahora no era nada suyo, pero que tanto lo fue.- No entiendo como se les ha ocurrido acoger a alguien en su casa. No van a tener un bebé, ¡para que quieren más! -la desagradable voz de Marcela, o Marce como quería que la llamara, retumbó por todo el coche.
Su tía le contó que habían acogido a un chico del Castillo en casa. Querían darle la oportunidad de tener un futuro a alguien que realmente lo necesitaba, y ella se sintió muy orgullosa de ellos cuando se lo contaron.
- Pues a mi me parece una idea maravillosa -dijo Lucía dándole su mejor sonrisa falsa- hay muchos niños que necesitan toda la ayuda del mundo y lo que han hecho mis tíos es increíble.
- Bueno, si tú lo dices -le respondió ella de mala gana y también con cierto tono de fastidio en su tono de voz.
- Si, lo digo yo -le dijo Lucía desafiándola. No era un secreto que no se llevaban bien.
- Dejadlo ya -dijo su padre llegando ya a la calle de sus tíos- tengamos la fiesta en paz que es Navidad ¿vale?
- ¿Mañana nos vamos, no? -dijo Marcela hablando a su padre en actitud melosa, algo que Lucia detestaba en ella.
- Si, mañana nos vamos, tranquila que te dará tiempo a coger el avión a Las Bahamas -le soltó Lucía irónicamente, pues ese viaje que su padre tenía programado era un secreto que ella había descubierto hace poco.
- ¿Pero...? ¿tú como sabes lo de Las Bahamas? -preguntó su padre rojo de la vergüenza. Aún no le había dicho a su hija lo de sus pequeñas vacaciones con su novia.
- ¿Qué como lo sé? Si tu señora novia no lo fuera contando hasta al pescadero del barrio...pero que vaya, ya te vale papá, otra vez ocultándome cosas... -le dijo Lucía cruzando sus brazos.
- Yo se lo pedí -le dijo Marce girándose para mirar a Lucía con mirada triunfal.
- Lucía, mira, es que... -le dijo su padre intentando justificar su error.
- Olvídalo, papá.
Lucía abrió la puerta del coche y se puso su chaqueta vaquera. Caminó hasta la casa de sus tíos. Estaba deseando verlos. Por eso aguantó todo el viaje. Y por eso se empeñó en venir a Arroyo en Navidad. Porque necesitaba estar con ellos.
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El Castillo - Brahim Díaz
Novela JuvenilBrahim llevaba la palabra peligro tatuada en su piel. A sus 18 años era un conflicto andante. Después de este verano por fin sería libre y nada ni nadie lo podría parar. Lucía no quería pasar su último verano antes de ir a la Universidad en el puebl...