📅 LUNES
📅 TRES DÍAS DESPUÉS
Brahim esta preocupado. No había hablado casi nada con Lucía en todo el fin de semana. Ella le había dicho que no se encontraba bien y que no tenía ganas de hablar. Y fue por mensaje. No le cogía las llamadas. Y por lo que la iba conociendo, sabía que algo le pasaba. En cuanto terminara hoy de trabajar en el taller de Juan, pensaba ir a su casa para ver que era lo que ocurría. Sobre todo, quería comprobar con sus propios ojos si era verdad que estaba enferma. Y si lo estaba, pensaba quedarse un ratito con ella para cuidarla un poco.
La guardia en El Castillo se le había hecho muy larga. Acostumbrado a verla todos los días, echaba de menos el no haber podido estar juntos. Apretaba los tornillos de una rueda mientras pensaba en Lucía, en su Lucía. Se llevó las manos a la frente y un escalofrío recorrió su cuerpo cuando vio a su tía Olga entrar en el taller. Dejó la llave inglesa en una de las mesas y se limpió las manos con un trapo.
Se acercó a ella saliendo a su encuentro. Lo que vio en su cara lo dejó aún más preocupado. Olga estaba seria. Demasiado para su gusto.
- Hola -le dijo Brahim con cautela, pues mucho se temía que si Olga estaba ahí, era porque algo le pasaba a su rubia.
- Hola, Brahim. ¿Podemos hablar? -le preguntó ella manteniendo la compostura cuando en realidad estaba de los nervios.
- Si, claro. ¿Le pasa algo a Lucía? -fue lo primero que quiso preguntarle Brahim.
- Eso me gustaría que me dijeras tú -le contestó ella intentando mantener la seriedad en su rostro, al hablar con el chico.
- ¿Yo? ¿Porqué? ¿no está enferma? -la boca se le secó y le resultaba difícil tragar saliva. Estaba empezando a pensarse cosas raras y todas eran malas.
- Eso dice ella. Brahim, quiero que seas sincero por favor, ¿ha pasado algo entre ella y tú? ¿os habéis peleado? -el tono ahogado de la voz de Olga, evidenciaba que la supuesta enfermedad de Lucia no tenía que serlo tanto, cuando su tía le hacía esa clase de preguntas.
- No...no, que va. No ha pasado nada. El viernes nos despedimos bien. Ella se fue a casa, me mandó un mensaje cuando llegó y me dijo que le dolía la cabeza. De hecho pensaba ir luego a vuestra casa para ver como está -las palabras del chico no aliviaron a Olga, al contrario, la pusieron peor de lo que estaba. Pues si no había pasado nada con el chico, tenía que ser por otra cosa por la que ella estuviera así.
Olga se llevó las manos a la cara y por instinto las bajó hasta su vientre. Brahim la vio resoplar y hacer un gesto de preocupación que no le pasó desapercibido.
- Es que no sabemos lo que le pasa, Brahim. Dice que no se encuentra bien, pero no quiere ir al médico. Se pasa las horas encerrada en su habitación, acostada en la cama. Y pensamos que a lo mejor os habíais peleado y por eso estaba así -las palabras de Olga y el tono con el que le hablaban, consiguieron que el chico se mostrara también, mucho más preocupado si cabe.
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El Castillo - Brahim Díaz
Teen FictionBrahim llevaba la palabra peligro tatuada en su piel. A sus 18 años era un conflicto andante. Después de este verano por fin sería libre y nada ni nadie lo podría parar. Lucía no quería pasar su último verano antes de ir a la Universidad en el puebl...