Capítulo 5

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La abrazo y la llevo al baño, de inmediato me meto en la tina con ella, mientras sigo llamándola.

Mis nervios comienzan a alterarse, me estoy jodiendo solo con su mera presencia y verla mal, no me está ayudando en nada.

– Muñequita, por favor, tu eres fuerte... Perdóname no quería provocarte esto, yo solo quiero que ese estúpido pague por lo que hizo, por favor, por favor...

– Ethan... ven por mí... por favor – escucho que susurra, agitando su cabeza en negación.

– Eso es, reacciona por favor.

Me da un alivio escucharla hablar de nuevo, mi corazón se comienza a calmar al escuchar su voz.

– Tengo frío – lleva sus manos a su cabeza y la presiona –, mi cabeza, siento que va a estallar...

Esperé unos minutos más y noté que sus mejillas estaban menos rojas. Me levanté y salí de la tina, comencé a quitarle la ropa, tomé el jabón y lavé su pálido cuerpo.

Pensé en su rechazo por tocarla, pero ni siquiera me veía, trataba de cubrirse con la espuma, pero hasta ahí.

Estar en contacto con su piel desnuda, es tranquilizante. Es tan suave y yo tan áspero.

Salí y fui por unas toallas.

Al volver, la envolví y la tome entre mis brazos de nuevo. Cuando tocaron a la puerta, abrí y Jonathan estaba ahí de pie.

– Ten, tonto – dijo dándome un frasco – estas son sus pastillas para el corazón. Estas otras para su migraña – extendió después una caja –. Creo que te faltaron detalles de su historial médico.

– Toma esa caja y llévala a mi recámara – contesté y salí con Isabella en brazos.

Caminé al final del pasillo y abrí la puerta como pude, la recosté en la cama cuando entró mi hermano con lo que pedí.

– Ya bajo – su mirada es dudosa –. Por favor, calienta la sopa de pollo.

– Ethan está cerca, al parecer no dijo nada de los últimos mensajes – rasca su cabeza –, pero dice que está dispuesto a dar la cantidad que pidan con tal de recuperarla.

– Claro, perdería más, si no la recupera – ese cabrón es un interesado de primera.

– Lo sé, las chicas con las que se acuesta no se han visto. Al parecer ya las dejó – suspira –. La madre de la chica, está delicada de salud, está muy mal porque no sabe de ella... Kye, debemos pedir recompensa, no creo que quieras matarla.

– No, no quiero hacerlo.

Por alguna extraña razón, me preocupaba que le pasara algo más.

Le quité las toallas mojadas y sequé con cuidado su cabello, la fiebre había comenzado a bajar. La tapé con las mantas y cerré la puerta.

Camino por el pasillo, voy a la recamara donde estaba y limpio todo. Debe quedar listo para que ella regrese aquí.

Tomo las sabanas y la ropa sucia para lavarlo y cierro la puerta.

Miro la puerta de mi recamara y pienso en lo bella que se ve en mi cama descansando

Bajo las escaleras y me dirijo a la bodega, para lavar todo lo que se ensució.

- ¿La harás parte de nosotros? No olvides que tenemos un plan Kyan, ellos mataron a nuestros padres. Esa muchacha está recibiendo su merecido.

- ¡No la metas en esto! – Grito a Joanna –. Ella no tiene nada que ver con esto.

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