Una punzada me recorrió todo el cuerpo.
– Ethan te siguió, ¿no es así?
– ¿Qué? No, a ese monstruo no lo menciones... su madre está en el psiquiátrico, la pobre mujer se volvió loca después de que se quedaron en la ruina y el señor Allen fue a la cárcel. En cuanto a ese mal nacido dicen que ha rondado por la casa, pero yo no lo he visto así que...
– Mamá, no me mientas por favor – levanta su mirada azul y me mira con miedo, tratando de señalar algo con la mirada –. Si hay algo...
– No puedo hablar cariño – dice apenas audible -. No sabes...
Se queda callada y veo que un hilo de sangre corre por un costado de su boca y cae sobre la mesa con los ojos abiertos.
– ¡Pete! – grito alejándome del lugar –. ¡Alguien!
Me levanto de la silla, la mesa comienza a llenarse de sangre y la ropa de mi madre también.
No, ella no... miro en todas direcciones y me alejo del lugar, mientras mi vestido se atora en los arbustos y una maceta truena a mi lado. Son disparos, pero no se escuchan. Tenía razón, siguió a mi madre y ahora ella está... muerta.
Nadie está en casa conmigo, solo los de seguridad y los sirvientes. Nana cuidando a mi bebé, corro y siento que no llego a las escaleras de entrada, mientras los hombres buscan de donde provienen los disparos.
Al llegar a la casa no hay nadie cerca.
¿Dónde están todos?
Corro escaleras arriba, para llegar a la habitación de mi bebé.
Al llegar, la puerta esta emparejada y lo peor cruza por mi mente, se escucha una caja musical, una que me regaló Ethan cuando era niña; la cual creí que había perdido en la Villa Wraysbury.
Es él, está aquí...
Abro la puerta y nana está tirada en el piso en un charco de sangre en el suelo.
¡Despiértenme de esta horrible pesadilla!
Frente a la ventana esta él, parado de espaldas sosteniendo a mi criatura en sus brazos...
– Ethan...
– ¡Mi amor! – grita –. Qué bueno que llegaste, mi príncipe quiere comer ahora.
– No grites, lo vas a despertar – su aspecto me asusto demasiado.
Su mirada inyectada en sangre, su cabello despeinado algo largo, pero llevaba puesto el traje que usó el día de nuestra boda.
– Sacó tu color de piel y de cabello – ríe y lo mira –. Pero tiene mis ojos – apunta el arma hacia mí –. Si te mueves te mato y me lo llevo.
– Ethan, es un bebé, me necesita...
– ¡Eres mía! - vuelve a alzar la voz y el bebé suelta en llanto –. Somos marido y mujer, deberías estar conmigo, juntos como familia.
Comienza a derramar lágrimas, ¿de coraje? No puedo creerle a este hombre, no después de todo el daño que me hizo.
– Baja el arma por favor, dime que quieres y te lo daré. Ya nació, el dinero es tuyo, así que, por favor...
– Yo te amo Isabella, eres mía, mi esposa, mi mujer...
– Lo soy, pero debes entender que nada obtienes a la fuerza – en ese instante dejé el miedo a un lado, mi bebé me necesita. Caminé despacio hacia él, con las manos en alto para que me viera libre –. Aquí estoy para ti, pero baja el arma por favor.
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Prisionera
RomanceUna chica es sacada de su burbuja de cristal, para entrar a la realidad, secuestrada por alguien a quien no conoce, haciéndola ver la vida de un modo distinto.