Capítulo 12

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Todos aplauden emocionados, cuando nos separamos del beso, veo los ojos color miel de Ethan frente a mí, bajándome a la realidad. Fingiendo mi mejor sonrisa, sabiendo lo que acabo de hacer.

Estamos sentados en la mesa en el centro de todos los invitados, mientras unos bailan otros pasean y otros más nos dejan sus buenos deseos.

Hoy tengo que fingir lo mejor de mí, no puedo más.

– Isa, te vez hermosa, eres la novia más bella querida – esa voz a mis espaldas, no la había visto en toda la ceremonia.

– María – sonrío y me levanto para dejar que me abrace, cuando el de la música hace una pausa y nos llama para el baile ceremonial en pareja.

Ethan me abraza por la cintura con su rostro inexpresivo hacia mi amiga, me arrastra hasta la pista de baile, me toma pegándome a su cuerpo para comenzar a bailar una canción lenta.

Cuando una hermosa voz comienza a cantar, giro mi cabeza hasta la tarima donde el grupo toca y está ahí, sentado con su guitarra, cantando una balada, mientras toca.

– Isabella, ¿estás bien? Te noto rara – dice levantando mi rostro con su mano en mi mentón –. ¿Qué puedo hacer para verte bien amor? Desde que comenzó la ceremonia estas muy callada.

– No me siento bien, solo dame un segun – no puedo terminar cuando la bilis llega a mi garganta y me giro para vomitar el piso a su lado.

Todo me da vueltas y siento como mi ahora esposo me sostiene entre sus brazos, mientras me desplomo semiconsciente. Llegan mis padres corriendo, Ethan me levanta entre sus brazos y me lleva a una silla.

– Agua, necesito agua – digo, antes de volver a vomitar.

La música se detuvo, junto a esa hermosa voz, lo busco pero ya no está, se ha ido. Me acercan un vaso con agua y lo bebo, sonrío a todos los que están a mi alrededor.

– Solo, necesito descansar – digo, pero mi madre me mira nerviosa –. Llamen a mi sirviente Jonathan que me lleve a mi recamara...

– Yo te llevo amor – dice Ethan de inmediato.

– No, quédate, los invitados.

– Eres más importante tú...

– Solo, iré a cambiarme, me recuesto unos momentos y vuelvo.

Llega María con el chico a su lado y me ayuda a levantar, mi madre va conmigo mientras la música comienza de nuevo.

Al llegar a mi recamara, mi madre le pide al joven que se retire y me ayuda a quitar el vestido.

– Hija – dice mi madre – No abusaron de ti, ¿verdad?

– Nunca me tocaron mamá porque...

– Ethan me ha dicho que desde que volviste estas actuando raro, tus ojos me indican otra cosa hija, ¿no estarás embarazada?

– ¿Qué?

– Puede que incluso Ethan...

– No mamá yo...

– Esta bien, entonces iremos al médico, no es normal, tus migrañas o tu corazón podrían...

– Solo estoy cansada mamá, es todo. Déjame sola – me quedo recostada en la cama y mi madre sale de la habitación.

Me quedo pensando, analizando que efectivamente mi periodo no ha llegado, se suponía que llegaría durante la luna de miel, por eso la íbamos a posponer. Tengo dos semanas de retraso, pero es muy pronto para hablar de un embarazo, quizá sea por las defensas bajas.

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