Capítulo 13

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Me toma con demasiada fuerza y me saca, mientras trato de explicarle de las heridas en mi brazo y sin importarle, me ignora. Voy chillando y salimos de casa. Con saña me lanza en el asiento de atrás del vehículo, azotando la puerta.

– ¡Ethan, estoy sangrando! ¿Tienes idea de lo peligroso que es eso?

Trato de ser fuerte y no llorar, pero es imposible, suelto en llanto.

– ¡Cierra la maldita boca! – escupió furioso. Era la primera vez que lo veía así; jamás lo vi tan alterado –. Nos encargaremos del aborto antes de que alguien se entere, los medios de comunicación. ¡Mi reputación está en juego Isabella!

Conducía a alta velocidad – supongo que a algún hospital–. Me enjugué las lágrimas y me quedé en silencio, mientras hacía presión con mi mano en el otro brazo. De pronto note un coche que se acercaba a nosotros, un coche negro con vidrios oscuros.

Mi esposo no se percató de nada, pero yo presentía en mi corazón que era él, Joanna le dio el mensaje y vino por mí. Después de todo si me quiere, viene a mi rescate.

Gire la cabeza y veía por el cristal el coche a toda velocidad. Pero al dirigir la vista al frente, vi a un Ethan exaltado, tanto que saltaban las venas de su frente del enojo. Era una persona totalmente diferente a quien yo conocía.

– Ethan, me siento mal – comencé a sentir demasiado mareo, cerré los ojos y no supe más de mí.

*****

Cuando despierto, estoy en una cama de hospital, mis heridas están vendadas y tengo un catéter en mi mano derecha. Siento molestia en mi nariz, al darme cuenta que tengo un respirador artificial. Dirijo mi vista al frente y esta Ethan ahí, con su camisa arremangada, su mirada fría que me caló hasta los huesos, haciéndome sentir miedo.

– Vaya, por fin despiertas Isabella – dice en tono seco -. Tienes suerte que nadie se haya dado cuenta.

– ¿Qué sucedió? – dije algo preocupada.

– Perdiste mucha sangre, ensuciaste el auto, te desmayaste y llegamos aquí – se acerca a mí –. Por suerte esa cosa ya no está en tu interior – susurró en mi rostro.

– ¿Qué has hecho? – el terror se apoderada una vez más de mí –. Ethan, me estas asustando.

– El golpe contra el mueble fue suficiente, gracias a tu tonto corazón que falla. Perdiste mucha sangre por tus heridas en el brazo como ya te lo dije y esa cosa salió rápido de ti.

– Me hiciste abortar, perdí a mi bebé...

– Solo te empuje, lo demás lo hiciste tú sola.

– Eres un monstruo...

– No, solo voy a tomar lo que es mío Isabella. Tú solo eres el recipiente.

Rio con malicia y comencé a llorar. Había destruido la vida que crecía en mi interior, mató esa pequeña parte de mí, de él o quizá de Kye...

Salí a los tres días del hospital, todo el mundo pensó que me había desmayado y me golpee contra el mueble y que Ethan me encontró tirada en el baño desmayada, por la sangre que perdí. Pago mucho dinero para que no dijeran nada del embarazo.

Ahora estaba presa en mi propia casa con un monstruo, un hombre diferente, que me mostró una máscara durante años y me engañó para que me casara con él.

Kye

Sentado en el comedor, mientras mis hermanos progresan con sus estudios y el negocio de Joanna, ha sido sin duda una de las mejores cosas de la vida.

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