Prisionera

Capítulo 14

Isabella

Cuando salimos del hospital, al subir al coche vendó mis ojos, y amarro mis manos, de nuevo era secuestrada, ahora por alguien a quien creía conocer, a quien había confiado mi vida y con quien me había casado.

– Ethan esto es demasiado, no voy a huir... solo...

– ¡Cierra la boca! Esa cosa que perdiste no era mía, el ADN lo reveló, el médico guardara silencio porque supo del secuestro, creyendo que fuiste víctima de violación...

Tuve miedo en ese momento. Me quedé callada.

– Si no dices nada es porque te gustó, ¿cierto? Que te tocaran – desliza su mano por mi muslo desnudo –. Pues ahora me toca a mí, que alguien más haya implantado su asquerosa semilla en ti es... repugnante Isabella, pero ese hijo debe llevar tu sangre con el fin de que mis padres me den todo.

– ¿Qué vas a hacer?

Sentí que frenó de golpe, pues ya llevaba un rato manejando y no había dicho nada más. Se bajó del vehículo y después se acercó y me bajó, tomándome entre sus brazo.

– Isabella, pude darte el mundo entero, estaba dispuesto a darte todo lo que me pidieras pero me mentiste...

– No me amas Ethan, nunca lo has hecho, yo te amé mucho, pero no más – me remuevo en sus brazos –, dame la oportunidad de ser libre, hablaremos con nuestros padres.

Olía extraño, una mezcla de tabaco, alcohol y su perfume. Abrió otra puerta y me recostó en una superficie blanda. Comenzó a desatar mis manos, pero pronto volvió a atarme a una especie de postes, destapo mis ojos y me quejé por la luz.

No reconozco el sitio, solo hay una ventana con cortinas blancas, la cama con dosel de donde estoy amarrada, un closet y otra puerta que deja ver un baño.

– Este será tu hogar a partir de ahora, el problema es, que ya no seré gentil contigo – se acercó a mi rostro –, perdiste mi confianza al mentirme Isabella...

– Yo no te he – lo mire preocupada –. Ethan, estuve consciente todo el tiempo, si estaba dormida, podía darme cuenta si hizo algo...

– "Hizo", así que sabías que era una sola persona.

– Ya te lo dije – mis lágrimas no pudieron contenerse –. Escuchaba algunas voces, me tuvieron los ojos tapados todo el tiempo y...

No me dejó terminar cuando comenzó a apretar mi cuello con fuerza, impidiendo que el aire saliera, poniendo su celular frente a mi cara mostrándome una foto de mi habitación con Kye. Afortunadamente no se ve su rostro.

– Basta de mentir princesa, eres mía ahora. Y vas a darme lo que te pido.

Sus ojos azules, me intimidaron y comenzó a desabrochar su ropa, subiéndose sobre mí. Pataleaba y gritaba pero fue en vano, por primera vez el hombre frente a mí era distinto, quizá su verdadero ser.

Los últimos días han sido un infierno para mí. Todos los días abusa de mí, me tiene atada y me baña junto a él, solo para volver a violarme. Supuse lo qué busca, lo que quiere. No he podido ver a mi familia.

Esta mañana me siento débil, la migraña me ha atacado los últimos días, apenas me alimenta y ni qué decir de la habitación. Veo por la ventana que el sol comienza a ocultarse mientras el miedo me inunda, sabiendo que está a punto de llegar y se lo que me espera a su regreso.

Escucho el ruido del coche, como abre la puerta, mientras mis piernas tiemblan, cuando bajo la vista, diviso los moretones en todas ellas y de nuevo estoy llorando. Cuando la imagen de Kye llega a mi mente, regalándome paz, con la esperanza de que lo veré llegar por esa puerta a rescatarme.