Fuego y Agua

Capitulo 8

  Draven observo el cadaver de aquel soldado que ahora se encontraba con la cabeza reventada en el suelo del patio del bastión, el ejecutor observo con algo de asco la escena pero después mostro una mueca como si se estuviera riendo. Draven dio media vuelta para ver a Sona que se encontraba sentada en el suelo con la mirada congelada tras lo que acababa de vivir y lo que acababa de ver, temblaba de miedo y tocaba sus hombros cruzando sus brazos para acorralarse a si misma en una posición fetal. El ejecutor se alejo del barandal para quedar frente a la virtuosa.

- Levántate - dijo extendiéndole su mano -, arruinaras el vestido.

 Sona tomo la mano de Draven y se levanto con ayuda de este. El ejecutor la examino por un momento observando su rostro, sus brazos incluso revisando su azulado cabello para observar si el soldado le había hecho un daño grave, Draven se percato que la virtuosa no tenia nada grave, salvo unas cuantas marcas de agarre en sus brazos y su cuello pero nada de que preocuparse. El ejecutor le indico que entrara en la habitación ella tenia la intuición de que esto no pasaría desapercibido pero igualmente obedeció a las indicaciones de Draven, total que otra cosa podría hacer. Estando ya dentro de la habitación se sentó  en el borde de la cama para encontrarse con la mirada de Draven.

- No te entiendo cariño - dijo Draven cerrando la puerta que se encontraba detrás de el -. ¿Qué parte de das un paso en falso y estas muerta no entendiste? Lo que acaba de suceder hace un momento es prueba de ello, agradécele a Draven que estuvo atento para salvarte sino ahora mismo no se que te estarían haciendo en este momento.

 Sona se quedo no mostro nada en ese momento simplemente mantenía la cabeza agachada mientras escuchaba los regaños por parte de Draven.

 "Lo siento" se limito a expresar con tristeza en su rostro.

- Lo sientes - dijo Draven manteniendo aun un tono de molestia -. Respóndeme una cosa. ¿Qué tenias en la cabeza en el momento en que tomaste la decisión de salir?.

"Yo solo... Solo quería tomar un poco de aire".

- ¿Enserio? - Draven no podía creer que esa fuera la razón por la cual Sona decidió salir de la habitación -, simplemente esa es la razón por la cual saliste a fuera de noche. ¿Acaso tienes miedo por lo de mañana con mi hermano? - Sona asintió tras la pregunta y Draven al ver esto casi se larga a reír -. Enserio eso es lo que te asusta una simple Reunión. No te vamos a matar si eso es lo que te preocupa, aunque igual guardaría un poco de preocupación en caso de que pase algo. Pero eso ya es para mañana ahora acuéstate nuevamente mi hermano no quiere hablar con alguien somnoliento.

 Sona obedeció lo que le dijo Draven y volvió a acostarse en la cama, pero después noto como el ejecutor se quitaba las botas y el cinturón para hacer lo mismo. Sona lo observaba lo que hacia con una mirada de extrañeza en si hasta que Draven volvió a dirigirse a ella.

- ¿Que? - dijo al observar la confusión en el rostro de la virtuosa -, no me voy a arriesgar a que de nueva cuenta salgas de la habitación. Además no te asustes no voy a estar desnudo al lado tuyo, el frio en este lugar no me lo permite ni tampoco mis ganas por hacerlo, ahora duerme.

 Draven se tapo con las sabanas y se acomodo en las almudadas dándole la espalda a Sona. Por su lado la virtuosa intento acomodarse lo mas alejada del ejecutor quedando casi al borde de la cama e igualmente dándole la espalda a Draven.

***

 Ya era de mañana y la virtuosa comenzaba a despertar, entrabaría los ojos de forma lenta mientras sentía la comodidad que ofrecía la cama en la que se encontraba acostada. Debido a la comodidad del mueble por su mente pensó que todo lo que había pasado era simplemente una pesadilla y que ahora había despertado en su casa acostada en su cama, y que estaba a punto de levantarse a desayunar junto con su madre. Se acurruco mas en la cama envolviendo su cuerpo aun mas en las sabanas cuando de pronto Sintió que su mejilla rosaba algo suave pero a la vez un poco peludo como si de una piel de animal se tratase, la virtuosa no le dio mayor importancia y intento seguir durmiendo incluso quiso sentir aun mas aquella piel que rosaba su mejilla ya que el tacto con su piel era suave y reconfortante. Cuando de pronto un recuerdo se le paso por la mente, ella no tenia pieles en su habitación y menos en su cama y basto con escuchar una leve pero grave risa para que volviera a la realidad.