Epilogo.

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Meses Mas tarde.

 La mañana había llegado a Noxus, Draven comenzaba a despertar pero no quería abrir los ojos, se acomodo en su cama, había pasado una buena noche, y no tardo en sentir el tacto de la mujer que estaba a su lado. Esa piel suave y ese cabello sedoso, le hicieron esbozar una ligera sonrisa. Draven estaba con su amada o eso era lo que pensaba ya que al momento de abrir los ojos lo primero que vio fue el color negro del cabello de la mujer que estaba con el. 

 Intento incorporarse pero al momento de hacerlo el dolor en su cabeza marco presencia en el, había bebido demasiado. Como pudo Draven se sentó en su cama, observo mesa que estaba al lado la misma observando las jarras de vino encima. Observo a tras de si a la mujer con la que había pasado la noche anterior. Norla estaba desnuda y tapada con las sabanas, aunque su rostro marcaba una sonrisa de felicidad. 

 Después de salir de su encierro en Demacia Draven se pasaba las noches bebiendo y con distintas concubinas. Aunque normalmente era Norla la que mas frecuentaba en su cama. Todo aquello con un propósito, un propósito que no se lograba concretar. 

 Se vistió como pudo y bajo para hacer su deberes y para su mala suerte, al momento de llegar al patio lo primero que vio fue a su hermano en un mesa viendo unos papeles. Darius se percato de la llegada de su hermano menor y le dijo que se sentara frente a el.

- Que ocurre hermanito - dijo Draven. 

-Llegas tarde - dijo Darius - y desde las escaleras que se puede sentir el olor a vino.

- Que, te molestas que tu hermano se la pase bien por las noches. 

- Cierra la boca. Hoy te toca una agenda apretada y espero que la cumplas.

- ¿Qué te hace pensar que no cumplo mis deberes? - pregunto Draven - estoy aquí todas las mañanas.

- Ignoras por completo tus deberes con el ejercito - respondió Darius.

- Termino mis entrenamientos. Me voy a la arena. 

 El silencio se hizo entre ambos, Darius continuo revisando sus pápeles y Draven observo por un momento el patio - Tu hijo a demostrado gran habilidad en el conservatorio - esta vez Darius rompió el silencio.

- Perdón?  - Draven no entendió eso de, su hijo.

- Lo que escuchaste. Tu lo trajiste aquí y lo metiste al conservatorio para iniciar su preparación, es tu hijo.

- Si claro - Draven observo que los nuevos reclutas del conservatorio estaban ingresando al patio - ¡Duk! - llamo. 

 El joven se acerco hacia donde estaba Draven y Darius. El joven vestía un uniforme rojo y negro y ya no era aquel niño flaco por la falta de comida, ahora era un joven, de cabello negro brillante como la noche que comenzaba a mostrar los primeros signos de desarrollo muscular.

- Me mando a llamar señor - dijo. 

- No me digas señor. Me han dicho que estas destacando en tu grupo.

- Si  - dijo Duk con orgullo - soy el mejor de mi grupo, aunque el entrenamiento sea duro, no me rendiré y lograre ganarme mi lugar. Como ustedes.

- Esa es la actitud muchacho - Draven revolvió el cabello del joven - ahora necesito encargarte algo, necesitamos un hacha para zurdos y que traigas al ensanchador de petos, ahora.

- Si señor - Duk se alejo lo mas rápido que pudo a las fraguas. Draven lo observaba con una sonrisa para después observar a su hermano.

- Enserio - dijo Darius - un hacha para zurdos, un ensanchador de petos.

- Cuando crees que se de cuenta. 

 Darius no dijo nada y simplemente sigue con lo suyo - y dime, que vez hermano - dijo Draven para después tomar uno de los papeles que se encontraban encima de la mesa. Eran cartas de los distintos informantes de distintos territorios. Sin embargo el rostro de Draven cambio su expresión al momento de ver de donde provenía la carta. 

 Darius se percato de aquello y le quito la carta a su hermano para ver con mas claridad su origen. Demacia. Darius abrió la carta para ver de que se trataba. 

- La reina Sona Buvelle anuncio en la corte que esta esperando a su primer heredero eso era lo que querías escuchar - Draven únicamente aparto la mirada - todavía le debes un regalo de bodas.

- Que te parece un cuchillo. Si uno bueno bien afilado y alguien hábil para blandirlo.

- ¿Todavía no lo superas? - pregunto Darius 

- No quiero hablar del tema - respondió Draven.

- Bueno que te parece su hablamos del viaje que diste hace un par de semanas atrás.

- Que puedo decir, solo quería relajarme un rato después de toda la mierda que sufrí en una celda - Draven se levanto después de decir eso y procedió a realizar sus labores.

 La noche cayo en Noxus nuevamente y el ejecutor se encontraba solo en la sala de su habitación. Se habría mandado a pedir una botella de vino para después acostarse con alguna concubina como lo hacia todas las noches. Sin embargo aquella noche era diferente, Draven estaba sentado observando a la nada, a su derecha estaba un tocadiscos piltoviano con varios vinilos y en su mesa al lado de muchas cartas de admiradoras estaba una pequeña caja de música. 

 Draven observo ambos objetos, con nostalgia y melancolía para después buscar entre sus papeles una carta que había recibido hace un par de meses atrás. Una carta blanca, con detalles azules y bordes doraros, con un apellido peculiar

- Buvelle.

                                                                                                      Fin...      

Fuego y AguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora