Capitulo 23

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  Draven se encontraba solo en la celda, la noche dominaba la gran ciudad de Demacia. Era una noche fría, cosa que solo empeoro la situación de Draven. Después de desmayarse Lestara pidió ayuda para que lo trataran con el pretexto de que el rey lo necesitaba con vida. A regañadientes los médicos atendieron a Draven, pero esa atención se reflejo en colocarle vendas en las heridas y nada mas, solo eso y ahora el ejecutor se encontraba nuevamente en su celda, sucio, Todavía el dolor se hacia presente en su cuerpo y lo peor de todo era el hambre que comenzaba a dominar en el.

 No podía dormir, no podía comer, su cara estaba llena de tierra y sangre y una barba rasposa comenzaba a crecer en su rostro. En su mente se preguntaba una y otra vez como había caído tan bajo. Junto sus brazos para intentar ganar un poco de calor, lo único bueno era que al ser una hora tardía en la noche los guardias básicamente no se encontraban y se la pasaban en las barracas o durmiendo en una silla afuera de las mazmorras, Draven cerro los ojos para ver si podía conciliar el sueño. 

 De pronto noto como la puerta era abierta aquello hizo que abriera los ojos lentamente, el cansancio le estaba ganando. Draven observo a las afueras de la celda y logro deslumbrar una figura en la oscuridad, la luz de las antorchas en las paredes le daba a la figura una tonalidad rojiza y algo tétrica, Draven no sabia si se trataba de alguien real o una ilusión causada por su mente. Era una figura femenina, esbelta cubierta con una capa y una capucha que no dejaba ver su rostro. Draven intento desviar la mirada y volvió a cerrar los ojos para intentar dormir, sin embargo aquella figura se dirigía específicamente a su celda.

 El ejecutor sintio que como alguien lo tocaba delicadamente el hombro. Draven pensó que era otro guardia que venia a mofarse de el en medio de la noche (ya que era de las razones principales por la cual lo dejaban tan cerca de los barrotes al momento de colocarle los grilletes para que no se moviera demasiado) el ejecutor simplemente ignoro el tacto, pero este no se detuvo. Draven se sentía molesto pero a la vez extrañado ya que los toques que recibía eran suaves como si intentaran llamar su atención para hablarle tranquilamente.

 Draven cansado de la insistencia se giro y comenzó a abrir los ojos. Su vista era nublada pero logro distinguir que frente a el había una figura femenina, de pronto sus ojos se abrieron como platos de la sorpresa al ver quien se encontraba frente a el. Pensaba que se trataba de un ilusión producto del hambre y del dolor de las heridas pero al parecer no.

- Sona - susurro Draven, débil - eres tu... 

 Sona le coloco un dedo en la boca para que Draven dejar de hablar. Draven estaba confundido como que ella había llegado hasta el. ¿Su madre le habrá dicho que lo vino a ver?, no tenia una respuesta clara para aquello, lo único que era cierto era que ella estaba ahí.

 La virtuosa saco de su capa distintas cosas, primero saco un paño húmedo y limpio el rostro de su amado sacándole toda la suciedad que traía en su rostro, después saco un trozo de pan y se lo dio a Draven. Este comenzó a comerlo sintiendo un sabor dulce con una textura suave, nunca había probado un pan mas delicioso, la única vez que sintio aquel sabor de un simple trozo de pan era cuando era un huérfano junto a su hermano y un trozo de pan era un lujo que pocas veces se podían dar.

 De pronto Sona observo a ambos lados para asegurarse de que nadie los viera, observando a los demás presos durmiendo en sus celdas como si nada estuviese pasando. El único despierto era Draven. Entonces la virtuosa poso su mano justo en la herida que traía el ejecutor en una de sus costillas, este soltó un quejido de dolor, pero Sona le hizo señas para que resistiera y no hiciera tanto ruido. Sona cerro los ojos y concentro su mana, tal como le había enseñado Orlón y tal como ocurrió en el bastión de la mano de la virtuosa comenzó a emanar una luz verde, haciendo que la herida de Draven comenzara a cerrarse aliviando al ejecutor del dolor que sentía, no cerro todas las heridas (ya que si lo hacia los guardias podrían sospechas demasiado) pero al menos libero a Draven del dolor que lo atormentaba, Sona estaba dispuesta a irse, quedarse demasiado tiempo podía ser riesgoso para ambos pero antes de siquiera levantarse sintio como Draven la tomo de la mano.

Fuego y AguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora