vi. Como Rick y Glenn

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Musicalización del capítulo:
Thunderstruck, AC/DC

Durante la infección.

Era el escenario perfecto para una película de terror. El comedor de la escuela, donde momentos antes comían el almuerzo de ese día, estaba embarrado en sangre de los estudiantes. El desenfrenado deseo de morder que poseían algunos alumnos no cesaba con el pasar de los minutos, y al ambiente lo envolvían los gritos despavoridos de quienes corrían intentando escapar. Los cocineros habían salido de la cocina, horrorizados, porque el caos también también había logrado traspasar sus puertas, y algunos estudiantes enloquecidos los devoraban, como si ellos fueran la comida de ese día. Ensangrentados, los chicos zombificados no buscaban comer, sino zampar, y corrían por todo el comedor intentando alcanzar a alguien.

Chayoung empujaba con todas sus fuerzas al chico que se había lanzado sobre ella intentando morderla. Oía con claridad el choque constante entre sus muelas cuando lograba acercar su boca a escasos centímetros de ella, y con fuerza apretaba la mandíbula con intención de alcanzar su piel y desgarrarla. Era alejado una y otra vez por los inquietos brazos de Chayoung, quien lo golpeaba con fuerza intentando causarle daño. No comprendía como podía ser posible que incluso si le daba en la boca de la garganta, el chico siguiera como si nada.

– ¡¡QUÍTATE!! ¡¡¡NO!!! – gritaba horrorizada, y lanzó un grito tan fuerte que le pico la garganta.

– ¡Chayoung! – gritó Cheong-san, quien no había parado de buscarla entre la multitud.

Antes de que su fuerza cediera al no ser competencia para la del zombie, Cheong-san empujó con fuerza «al chico» contra la mesa del comedor a su lado. Chayoung se paró de un salto, y ambos comenzaron a correr sin dirección a la cual llegar, solo con la idea de sobrevivir en mente, y buscando un lugar donde esconderse. Sus pies se movían casi por inercia, y desde lo más profundo de sus instintos. Ninguno en aquel momento era consciente de la magnitud de la situación; se sentía como estar dentro de un horrible juego de terror, en el cual tienes que esconderte para sobrevivir, el único problema es que realmente no tenían idea de quienes huían.

– ¿Estas bien? – le preguntó Cheong-san pasado su brazo por detrás de su espalda mientras intentaban esquivar a los estudiantes enloquecidos.

– ¡No entiendo que está pasando! – exclamó como respuesta, recorriendo el lugar y verificando que los charcos de sangre y gritos se habían apoderado del lugar.

Sin embargo, nuevamente se vieron encerrados entre la alarmada multitud que gritaba y se revolvía sin cuidado alguno. Los alaridos de aquellos que eran tumbados y sentían en vida como les arrancaban la piel llegaban a los oídos de Chayoung sin detenerse, al igual que las horribles imágenes de aquello.

– ¡Muévanse! ¡Fuera de mi camino! – gritó con todas sus fuerzas un chico, y los empujó alterado, abriendo paso entre la multitud y tumbándolos a todos al piso, tal como si aquello fuera un juego de bolos.

Chayoung se alarmó más en cuanto vió a uno de esos chicos ensangrentados y con tendencias caníbales arrastrarse hacía Cheong-san, quién retrocedió tan rápido como pudo. Atajó a empujarlo, sin embargo, el zombie se lanzó sobre él con más fuerza, intentando alcanzar su rostro con desesperación y deseo. Casi tropezando con un chorro de sangre espesa y caliente Chayoung logró pararse y alcanzar una bandeja de comida vacía, y se arrastró entre las personas para llegar hasta Cheong-san. Pateó al zombie, y lo golpeó con la bandeja con tanta fuerza como pudo. Enseguida, encontrando una nueva presa, el chico gruñó y se lanzó hacía otro grupo de estudiantes atemorizados.

– ¿Te encuentras bien? – preguntó temblorosa ante la idea de que pudiera estar mordisqueado, ayudándolo a pararse.

– Sí. Vi a On-jo saliendo con I-sak. Creo que se a donde van, y nosotros tenemos que ir ahí también.

yesterday, estamos muertosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora