xxiv. Dolor y más dolor

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Musicalización del capítulo:
(Hierba mala nunca muere x3)
Running Up That Hill, Kate Bush

Siguieron avanzando hasta quedar a un metro de la puerta, y entonces el plan tuvo que seguir. Suhyeok desató el nudo y con Wu-jin tiraron de las puntas hasta las paredes.

– ¡Nos rodean! – gritó Dae-su desesperado, golpeando a (casi) todos los zombies que intentaban trepar.

– ¡No abre! – exclamó Suhyeok.

– ¡Suhyeok, ven a ayudar! – le pidió Chayoung – ¡Yo ayudaré a On-jo!

Chayoung se acercó a la puerta, y le indicó a On-jo que se hiciera a un lado por las dudas. No tuvo tiempo de pensar si de su mente había surgido una buena o mala idea. Le dió un golpe al picaporte con el palo. Otro más. Los gruñidos de los zombies detrás suyo habían comenzado a aturdirla. Tenía en mente los alaridos de Joon-yeong, y entonces sintió un enorme enojó. Golpeó dos, tres, cuatro, cinco veces la perilla hasta que se rompió. Escuchó el estruendo metálico, y la perilla rebotar por el piso dentro del círculo, y entonces abrió la puerta.

– Papá – murmuró On-jo, y corrió a sus brazos.

Chayoung corrió fuera del gimnasio, y tuvo que apoyar los brazos en las rodillas para retomar aire. Cheong-san fue el último en salir, y cuando lo hizo cerró de un portazo.

– ¿Están bien? – les preguntó el señor Nam.

– Sí –jadeó Dae-su.

– Bien – asintió el señor Nam, y volteó a ver a Cheong-san –. Cheong-san.

– Señor Nam – murmuró.

Chayoung quiso sonreír cuando los vió abrazarse, pero no lo consiguió. No tenía idea como, pero el padre de On-jo había llegado vivo hasta la escuela para buscarla. Entonces ella se sintió mal. ¿Sus padres habrían muerto como los de Ji-min? ¿Cómo la madre de Cheong-san? ¿Habrían vuelto a buscarla como hicieron los padres de sus amigos o estarían a salvo?

– ¿Está bien tu mano? – le preguntó el señor Nam.

A Chayoung le asombró que él recordara eso. Unos días no serían nada más que eso si la vida siguiera siendo normal, pero no cuando intentas sobrevivir a un apocalipsis zombie.

– Sí – asintiendo tartamudeando, porque seguía dándole vueltas a Joon-yeong –. Muchas gracias.

El señor Nam asintió, y se volteó a ver al resto.

– ¿Pueden correr todos? – les preguntó.

– Sí – respondieron.

– Bien. Si pasan por las canchas de tenis y la obra en construcción, llegarán a la montaña. Crucen la montaña y llegarán a Yandong...

– ¡Señor Nam! – exclamó Cheong-san asustado.

Chayoung volteó, sabiendo lo que encontraría. Un zombie iba hacía ellos, con la boca repleta de baba roja. El señor Nam corrió al zombie y lo tumbó al piso. Antes de que consiguiera ponerse nuevamente de pie le partió la pierna.

– ¡Chicos, corran! – les ordenó el señor Nam.

– Tu papá es genial, On-jo – le dijo Chayoung a On-jo mientras corrían.

yesterday, estamos muertosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora