Yo no te pertenezco. Sólo te presté mi alma. Te alquilé mis besos a cambio de amor, a cambio de calma.
Tú no eres mi dueña. Ni yo mismo me poseo. Espíritu libre soy, que sueña a llorar con palabras lo que veo.
Cada caricia, préstamos heridos. Tus besos, cheques vencidos. No soy tuyo, no soy mío, nunca nadie me ha tenido.
Ella es agua de cielo líquido, mi gran amor, mi condena. Su nombre es música, su patria: pena. Y es lo que yo he elegido.
Yo no te pertenezco. Mi alma es un pentagrama, mi dueña es la música, y un verso mi cama. Mi amante un poema, y mi canción, mi alma.
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el cementerio de los versos perdidos
PoetryEste libro está dedicado a todos aquellos que todavía creen que las palabras son el lenguaje de la belleza, la música el idioma del alma, y un beso el único lenguaje válido allí donde no llegan ni las palabras ni la música. A quienes juran qu...