Apechuga, hermano. La mierda nos llega al cuello, la vida nos mete mano y nos jode a degüello.
Aguanta el tirón y levanta, pues somos de la piel del diablo, y nuestra cama la carretera, y esas tetas, nuestra manta.
La noche te habla, el barrio te canta, te enseñan las calles y nada te espanta.
Apechuga, hermano. La mierda nos llega al cuello. Ven, toma mi mano. Déjalo, sal de ello.
¡¡Y esa monja qué coño mira!!
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el cementerio de los versos perdidos
PoetryEste libro está dedicado a todos aquellos que todavía creen que las palabras son el lenguaje de la belleza, la música el idioma del alma, y un beso el único lenguaje válido allí donde no llegan ni las palabras ni la música. A quienes juran qu...