Epílogo (2)

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- Bien... parece que todo está listo... ¡¡Katsuki!! ¡¿Que rayos haces aquí?! ¡Por centésima vez, tú debes estar en el salón a un lado del juez! - gritó Mitsuki al ver a su hijo de nuevo en el pasillo hablando con Shoto.

- ¡Llevaba ahí una hora y me dijiste que aún faltaban veinte minutos, ya me harté de estar parado como idiota! - le gritó su hijo de regreso, se sentía fastidiado y quería descansar un poco.

- ¡Pues ya estamos listos, asi que vete a tu lugar¡ - dijo empujándolo por el pasillo.

- ¡Bien! ¡Mierda, acabemos con esto de una vez! - gruño comenzando a caminar.

- No puede ser que nisiquiera hoy pueda controlar su carácter - dijo Shoto viéndolo alejarse dando pisotones.

- Se lo dije, pero desde ayer lo tuve ocupado, de hecho creo que nisiquiera logro ver a Izuku en todo el día, supongo que por eso su mal humor - dijo Mitsuki tratando de comprender a su explosivo hijo - Bien, es hora, a nuestros puestos - le dijo tomándolo del brazo y encaminandolo al salón.

Sería una ceremonia sencilla, solo estaba la familia más cercana y sus amigos, no querían que fuera algo grande y lo habían logrado.

El pequeño salón con una pesada mesa de caoba al frente estaba adornado con sutiles ramos de flores blancas. Había unas hileras de sillas a los lados del pasillo y en cada extremo un delgado y elegante jarrón con orquídeas esbeltas y delicadas. Todo era muy hermoso y sobrio.

Sería una unión por lo civil, así que el juez estaba esperando del otro lado de la gran mesa, listo para unir a la feliz pareja.

Los invitados estaban en sus lugares, a la espera. Eijiro estaba a un lado de Katsuki, acomodándose la corbata que nunca logro que se quedara en su lugar, harto soltó un bufido y la dejo cómo estaba ya se había cansado.

Katsuki llevaba un traje negro con corbata roja al igual que su pañuelo, y estaba de pie, mirando a su madre que no había dejado de llorar e Inko le pasaba pañuelo tras pañuelo, del otro lado Fuyumi la miraba con ternura y le hablaba con una sonrisa... Esa mujer si que exageraba las cosas, pensó Katsuki con una ceja levantada. Masaru y Yagi hablaban animadamente detrás de ellas.

Estaba repasando a las personas que no conocía cuando escucharon una delicada melodía y todos se pusieron de pie, mirando hacia el pasillo.

Izuku entro luciendo un traje exactamente igual al suyo, solo que la corbata y el pañuelo eran verdes, decidieron darle su propio toque a los trajes con cada color y ambos habían quedado encantados.

Izuku camino al frente mirando a todos y muriéndose de nervios, lo habían ensayado, pero temía que en el último momento se le enredaran los pies y cayera frente a todos. Pero al levantar la vista vio a Katsuki que lo miraba con una sonrisa tierna y llena de orgullo que lo hizo olvidar hasta su nombre, a veces no podía creer que ese hermosos dios griego fuera suyo.

Caminó hasta llegar al frente, Katsuki le extendió la mano y lo condujo para que estuviera enfrente de él, mientras le sonreía con amor, deseaba en verdad besarlo, pero debían esperar, no era el momento.

Detrás de él iba Denki, con un traje negro y sin corbata, también se había hartado de ella y la habia arrojado hacia un florero antes de entrar. Le sonrió a Eijiro que discretamente había deslizado su corbata y la había arrojado al piso, pateandola hacia abajo de la mesa. Eijiro le extendió la mano y lo condujo a un lado de Izuku, quedando frente a él, se miraron y entre los cuatro se sonrieron.

La música sono un poco más fuerte y al centro del pasillo aparecieron Shoto e Inasa, ambos vestidos con trajes blancos y con una flor roja en la solapa.

Metro Y Medio (KatsuDeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora