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maratón (1/3)

Tiago

-Espero no verte más- dije y vi como se iba, como se alejaba mientras se limpiaba las lágrimas con el borde de la campera.

Cerré la puerta y suspiré.

¿Cómo mierda llegamos a esto? 

Éramos tan amigos, me hacía tan bien… Y ahora no podemos cruzar dos palabras sin pelearnos. 

Sigo pensando en cómo cambió tanto nuestra relación y como antes la pasábamos tan bien. Como cuando nos juntábamos todos en su casa para la noche de pizzas, casi todos los findes. O cuando íbamos a la plaza y yo siempre me apoyaba en sus piernas mientras ella me tocaba el pelo… o como siempre hacíamos videollamada cuando no nos veíamos muy seguido, porque según ella "extrañaba mi cara". Cuando hacíamos las noches de películas de terror y me agarraba la mano porque tenía miedo. Cuando se ponía celosa de Melisa y pensaba que no me daba cuenta, pero era más que obvia…

Tantos recuerdos lindos… y todos arruinados por su culpa.

No se que esperaba cuando dijo que venía a hablar conmigo hoy. Tal vez que todo se arreglara por arte de magia y nada de lo malo hubiese pasado, pero no hay chance de que deje su orgullo de lado y se dé cuenta de las cosas.  

Me serví un vaso de agua y miré la hora. Capaz dormir un rato más me hacía bien, y más con el día horrible que había afuera.

_

-Dale, Ti- se reía- No seas boludo, nos vamos a caer los dos.

De repente estábamos en la piscina de Mauro y tenía a Eugenia entre mis brazos.

Estábamos con todos nuestros amigos jugando, ella me miraba enternecida y se reía. 

Me recorrió un calor por dentro que hace meses no sentía.

Todo pasaba como en cámara lenta, su risa, el agua que salpicaba, el sol, las palabras de mis amigos. De la nada todo se paró y quedó solo ella.

-¿Por qué estás enojado conmigo?- me preguntó.

-No se- Y realmente no lo sabía. Sentía mucho enojo por dentro, pero no sabía por qué y tampoco sabía cómo expresarlo.

-te extraño, pero no me dejas acercarme-

-yo también te extraño, pero hicimos mal las cosas- me acarició la cara. Se sentía muy real.

Me empezó a hablar de todo lo que habíamos hecho juntos, de todas nuestras anécdotas, y chistes internos.

-habría sido divertido si hubieras sido vos- 

una mano la agarró y se la llevó, lejos. Quería correr con ella, pero no podía, estaba estancado.
Miré la mano de quien se la llevaba… Nicolás.

-Si realmente la querías, deberías haber estado ahí- su voz sonó como un eco.

Me desperté todo sudado y respirando entrecortado.

Me refregué los ojos para espabilarme del todo. ¿Y si en realidad es por mí que estamos así? ¿Si es verdad lo que me dijo en el sueño, que debería estar ahí?

Ahí me cayó la ficha. 

Soy un pelotudo.

Me levanté rápido y miré la hora, todavía es temprano, seguro Meu está en su casa.

Me bañé rapidísimo, me vestí y salí corriendo. A mitad de camino noté que la lluvia me empapaba, pero no me importaba, tenía que llegar a decirle todo lo que sentía. 

No sé en qué momento corrí tanto, ni como llegué a la puerta de su casa. Pero ahí estaba yo, tocando el timbre y esperando abajo de la lluvia.

Mientras respiraba y trataba de secarme, vi unos ojos preciosos que me miraban desde la ventana, y segundos después, estaban en la puerta de esa casa a la que había ido con tanto apuro.

Todo parecía estar en cámara lenta de nuevo.

-¿Tiago? ¿Qué haces acá?- me gritó desde adentro. 

No respondí, no me salían las palabras. ¿Justo ahora tengo que parecer tarado? 

Me miró esperando una respuesta.

-Perdón- murmuré.

-¿Qué?- dejó la puerta abierta y se acercó- entre la lluvia y que hablas bajito no te escucho nada ¿qué dijiste?-

-Dije perdón.-

-¿Otra vez?- dijo con ojos cansados.- No, Tiago. No quiero hacer esto de nuevo, basta- camino sin darme la espalda hacia su casa, pero le agarré la mano y la traje hacia mí.

-Esta es la última vez, te lo juro. Si después de esto querés mandarme a la mierda y no verme más, te voy a entender. Pero por favor escuchame.- dije rápido, tratando de frenarla.

Asintió insegura, pero igual se quedó.

-Bueno, te escucho.-

𝗯𝗮𝗰𝗸 𝘁𝗼 𝘆𝗼𝘂 | 𝗧𝗶𝗮𝗴𝗼 𝗣𝘇𝗸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora