Shake You Down [Taekook / Vkook]

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El lunes cuando llegaron a la universidad, Jungkook y Jimin siguieron en clases, era algo agotador, pero así debía ser. Le entregaron a esa bruja disfrazada de humana el reporte del viaje.

Y en realidad Jungkook no podía tomarse ningún momento libre, de la universidad al trabajo, luego a casa a dormir, y así por dos días, debía devolverle el favor a Hyebin quien también tiene unos momentos ocupados con sus exámenes.

—Aquí tienes tu paga del mes, Jungkook —su jefa le entrega su sobre con dinero en efectivo.

—Gracias —Jungkook lo acepta con sus dos manos —. Soy feliz trabajando aquí, señora Kyung Yumi —hace una reverencia.

—Se nota —Yumi sonríe, podía tener sus 43 años, pero le parecía Jungkook muy atractivo, se divorció, está bien que piense así —. Pero las ventas han bajado, ¿deberíamos hacer algo? —mira a su hija Hyebin también.

—Jungkook es guapo, pero no se da a conocer, deberíamos utilizarlo para hacer publicidad —Hyebin se le ocurría —. Hagamos una solicitud a la central.

Jungkook solo escucha con atención, ¿En serio tan guapo como para llamar la atención?

—Sí, la haré enseguida —Yumi sonríe a Jungkook antes de salir de la tienda —. Ve preparándote, Hyebin, en una hora y media empieza tu turno, Jungkook debe descansar.

Jungkook sonríe a su colega, ella niega con su cabeza pero también sonríe.

Él se sienta, abre la caja registradora con una llave escondida para contar el dinero, pero se distrae al ver su móvil ahí tan quieto, quiere llamar a Taehyung.

—¿Debería? —tiene una crisis, indeciso.

Saca algunas monedas y las cuenta.

—¿Qué pierdo? —se decide de hacer la llamada.

Jungkook desinfecta sus manos y coge el móvil luego, marcando el número de Taehyung, uno de los pocos que tiene guardados.

Pone el móvil entre su oreja y hombro mientras espera a que entre la llamada.

Cuenta todas las monedas y las apila según su valor.

—¿Sí? —Taehyung ha respondido.

—Hola-

—Espera —Jungkook es interrumpido, se detiene y escucha —. ¿Van a seguir conversando? Las pruebas se están retrasando por que están ahí chismorreando.

Jungkook sonríe divertido, escucharlo ser un jefe estricto le da gracia.

—Ahora sí, lo siento —ahí está de vuelta Taehyung.

—Vaya, eres un gran jefe —Jungkook anota en el cuaderno la cantidad de monedas por día.

—Dime, me llamabas, ¿para? —que Jungkook le llamara de primero es confuso y sospechoso, casi Taehyung podría pensar que ya está cayendo a sus pies.

—¿Quieres venir a mi casa?

Taehyung al escuchar la pregunta se lleva la mano a la boca, se muerde el dedo índice para no gritar de emoción. Su ilusión está creciendo. Aleja el móvil y se aclara la garganta.

—Supongo. ¿En serio me estás invitando? —debe oírse complicado de roer.

—Sí, Taehyung, no me hagas arrepentirme.

—Aunque me cierres la puerta puedo solo teletransportarme, con tu invitación ahora ya no me sentiría tan mal para entrar sorpresivo a tu casa.

Jungkook suspira.