𝖤𝗌𝗊𝗎𝗂𝗓𝗈𝖿𝗋𝖾𝗇𝗂𝖺 - 𝖧𝗒𝗎𝗇𝗂𝗇 [✔️]

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Diez años atrás

— Jack, necesito que me ayudes a mejorar mi presentación para el presidente. Hoy es mi primer conferencia con ellos. —Jaebeom estaba nervioso.

— Lo harás bien, Jae. Eres un buen asistente.

— Aún así, necesito de tu sabiduría.

— Eres más inteligente que yo. —Los dos rieron.

— No lo negare, aunque tú eres astuto. Es lo más destacable de tí.

Jackson y Jaebeom eran compañeros de trabajo, aunque Jackson era un puesto más bajo; era secretario de Jaebeom. Conforme pasaba el tiempo, los dos chicos fueron sintiendo cosas mutuamente, pero su amor era realmente prohibido, tanto en su país, frente la sociedad y en su trabajo. Por eso, Jackson y Jaebeom se mantenían al margen, ambos sabían sobre sus sentimientos, pero nunca oficializaron nada. Se la pasaban cariñosamente siempre, frente a los demás eran simples colegas.

— Jaebeom, es tu turno. —Un chico demasiado joven los interrumpió en la oficina del nombrado.

— Está bien, Jisung. Gracias. —El castaño se retiró.

— ¿Estás listo? —Jackson lo tomo de las manos, dándole ánimo.

— Eso creo, estoy nervioso.

— Tranquilo, te irá bien.

Jaebeom dejo un corto beso en sus labios y fue a su conferencia. El miedo lo consumía, era la primera vez que se presentaba frente alguien de un rango muy alto. Estamos hablando del presidente, o sea, un rango bastante alto. Jaebeom tomo un suspiro y entro a la sala. El presidente y sus colegas estaban ahí, con una cara seria, la valentía de Jaebeom se desvaneció.

— Buen día, agradezco en demasía su presencia y tiempo. Sí me permiten, iniciaré con el proyecto.

Jaebeom empezó a presentar su planeación, todo iba bien, se sentía bien con lo que había hecho y como lo estaba haciendo. El presidente seguía con su cara seria, analizando todo, al finalizar por fin hizo un gesto, pero no el que Jaebeom esperaba.

— ¿Se supone que esto lo presente con los demás líderes? Perdóname, pero es un asco.
—Comenzó a reír, contagiando a los demás, excepto Jaebeom.

— Discúlpeme, superior. ¿Me señala exactamente dónde es mi error? —Jaebeom se trago su llanto.

— Todo, nada me gusta, no me satisface. Quiero algo mejor, niño. Trabaja más duro.

La realidad es que el presidente tenía envida, de que aquel chico joven fuera mucho mejor que él en presentaciones y proyectos. Pero claro, su rango de poder le daba autorización a humillar a quien quisiese. Era una cruda realidad. 

— Está bien, mi señor. Gracias por su tiempo.

Jaebeom recogió sus cosas y salió a su oficina. Se echó a llorar por horas. Su esfuerzo se tiró a la basura.

🔹

— Jae, deja de llorar. Lo hiciste muy bien, no necesitas la aprobación de ese tipo que se cree mejor por ser presidente. —Jackson le acariciaba la espalda, estaban en casa de Jaebeom.

— P-pude haber dado m-más, lo hice m-mal. Me lo m-merezco. —No dejaba de sollozar.

— No, Jae, no lo mereces. Eres un gran trabajador, mírame. —Jackson tomo el rostro de Jaebeom. — Eres maravilloso, no los necesitas, puedes llegar lejos sin ellos.