El camión de helados.

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La rubia, a tropezones, salió de su cama y completamente furiosa camino hacia la sala.

- ¿Quién se piensa que es? Si yo digo que duermo en ese sillón es que duermo...

- Jajajajaja -ecos de risa entraban por el pasillo, Sana apuro su paso aún más-. Jajajajajaja -las risas se hacían cercanas.

- ¿Qué están haciendo? -en cuanto entro en la sala, vio a Dahyun y a Tzuyu sentadas en el sofá cama mirando antiguos dibujos animados. Al parecer, era algo que las dos estaban disfrutando al máximo. Mientras la bailarina devoraba su desayuno, la castaña jugaba con uno de los tantos almohadones que tenia a su alrededor cubriéndola.

Cuando escucho la voz de la rubia, Tzuyu volteo a verla, por supuesto que vino el famoso mirar, torcer, entreabrir la boca y después las palabras.

- Yo... ella... el correcaminos -no sabia para donde señalas, si hacia Dahyun, hacia el televisor o hacia ella misma. Desesperada gesticulaba sin encontrar la forma de explicarle a Sana lo que estaba pasando.

- Yo llegué y me puse a mirar la tele, Tzu despertó después -explico Dahyun, ayudando a la castaña.

Tzuyu asintió a la versión de Dahyun.

- Eso -agrego, esta vez segura.

Sana camino hasta la cocina en busca de su café diario.

- Pues será mejor que te olvides de la televisión por el momento porque quiero hablar contigo, no te vas a escapas más de mí, Chou. ¿Me oyes? Chou... -insistía-. ¡Dios! ¿Por qué es tan difícil? -volvió a la sala en busca de la castaña. No pensaba posponer la charla, lamentablemente no contaba con el correcaminos.

La rubia choco su pie contra el piso indignada. ¿Por qué todo era más importante para la otra chica que ella? ¿Por qué Tzuyu no se fijaba en ella como ahora estaba fijándose en como ese estúpido coyote era aplastado una vez más por una enorme roca? Esto se tenia que acabar de inmediato.

Sana camino con paso firme, rodeando el sillón y se puso frente al televisor, ambas televidentes torcieron sus cuerpos para poder mirar entre los agujeros que Sana dejaba libre, lo que le dio mas rabia a la empresaria y después de un nuevo pisotón en el piso, se dio vuelta dándole la espalda a las otras y apago el televisor.

- ¡OUCH! -algo le había pegado en la cabeza y se dio cuenta que era un almohadón cuando el objeto cayo al lado de sus pies-. ¿QUIÉN FUE? -aunque se dio vuelta con la idea de sacarle la a tirones la culpable, lo supo de inmediato porque la castaña miraba a Dahyun con el ceño fruncido y su cara se había puesto de la misma forma que la tenía segundos antes de irse contra Jimin.

-Fue Tzu -Dahyun señalaba injustamente a la tatuadora.

La castaña miro el dedo acusador de Dahyun y en cuanto se dio cuenta de que la señalaba a ella, miro a Sana y empezó a agitar su cabeza, negando la acusación.

- No... yo... yo... no fui -lo negaba con énfasis.

Sana la iba a calmar, pero la divirtió la idea de jugar un poco con ella, después de todo, la castaña la había desobedecido.

- ¿Tzuyu? Explícame por que me tiraste un almohadón -le exigió, levantando su ceja.

Tzuyu seguía agitando su cabeza hasta que la ceja levantada de Sana la freno. La castaña enfoco su mirada en esa parte del cuerpo de la rubia.

- ¿Cómo haces eso? -pregunto sin suprimir una sonrisa.

La cara de Sana se relajo y cambio su estado.

- No, no, no -Sana no entendía a que se negaba Tzuyu-. Hazlo de nuevo -pidió la castaña, poniéndose de rodillas en la cama.

- ¿Qué quieres que haga? -nunca fue tan difícil entender a alguien.

No soy para ti - SATZUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora