La verdadera razon.

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- Uuu... uuu.

Mientras Yiren le seguía demostrando su más reciente aprendizaje a cada persona que se le cruzaba, incluida las bailarinas que esperaban por el diseño de Tzuyu, un monstruo verde se despertaba poco a poco en el interior de Sana.

- Pensé que iba a ser divertido verle la cara a mi hija -Jihyo le comento tanto a Chaeyoung como a Momo, que estaban a su lado en la puerta de casa-. Pero ahora que lo pienso mejor, no me parece tan divertido -saco mejores conclusiones luego de percibir la rabia que salía de los poros de su hija-. Esa mujer no me cae para nada bien -agrego de mala manera.

- Había olvidado cuanto detesto a la perra esa -comento Momo, señalando a la recién llegada-. Algo se trae entre manos -dijo-. ¡Dahyun! -no hizo falta que Momo le dijera, la perceptiva bailarina ya estaba sacando a las tres pequeñas del jardín con ayuda de la hermana Seohyun y Yoona.

- Y por la cara de Sana, ella la detesta mucho más que ustedes y yo juntas -esta vez fue Chaeyoung la que señalo lo obvio-. ¿Creen que ya sabía que éramos los padres de Sana? -Momo y Jihyo la miraron, estaban tan ocupadas queriendo molestar a Sana que no se habían dado cuenta de ese detalle.

Elkie acababa de descubrir que los señores Zhou tenían relación con las Minatozaki y Hirai.

- Por la cara de tu marido, él debe estar pensado lo mismo -opino Jihyo. Tanto Daniel como Dong habían dejado de acosar a las bailarinas para acercarse a Sana como soporte de la rubia.

- ¡Dios! Se van a sacar chispas -Jihyo señalo a Ting-Yan Chong Tiffany y después a su hija-. Parece que estuviéramos viviendo un duelo de miradas mortales-. Parece que estuviéramos viviendo un duelo de miradas mortales -apunto, mirando como una ya erguida Sana enfrentaba desde la distancia a la dueña de la joyería, que no se quedaba atrás con su postura desafiante.

- Bueno, si la muy idiota se atrevió a venir hasta la casa de sus enemigos va a tener que soportar mucho más que un par de miradas.

Momo estaba que hervía y camino con fuerza para juntarse con los dos hombres detrás de Sana. Chaeyoung y Jihyo se miraron y después de varios segundos siguieron a la japonesa.

- ¡Elkie! -Tzuyu se acercó a la elegante mujer con entusiasmo y hacía que el monstruo verde estirara sus brazos recién levantado y listo para iniciar batalla. Sana respiraba profundo y contaba hasta diez una y otra vez, su mirada nunca dejo a la mujer más baja.

- Tranquila, Sana -sintió que el padre de su novia le murmuraba.

La rubia volvió a respirar hondo y se concentró en el dolor que aun emanaba de su cuerpo por las cosas que su castaña había hecho con ella. Tzuyu le había demostrado con cada embestida, con cada segundo que paso besando su piel y con cada letra que formaban hermosas palabras que la amaban como a nadie y Sana no podía dejarse llevar por la simple presencia de esa idiota que para la rubia no era más que una vil estrategia en contra de sus inversiones.

Sin embargo, para nada ayudaba a calmar los celos de la empresaria que la joyera luciera espléndidamente bien en un vestido blanco de tela ligera que destacaba sus largas piernas. Mucho menos se hizo calmar el monstruo el hecho de que la sonrisa de Elkie se extendiera en cuanto vio a Tzuyu llegar a abrazarla.

- ¿Qué haces... que haces aquí? -pregunto Tzuyu aun entusiasmada. El tono jovial de su novia hizo que el monstruo sacara sus uñas una por una.

- Vine a verte -contesto Elkie-. Te extrañaba demasiado -palabras mágicas.

Y Sana trato y trato de apaciguar la ira que provenía de su interior, los celos, el enojo y todo lo que la llegada de esa mujer le ocasionaba, pero escuchar esas palabras seguido de ver como esa estúpida mujer acomodaba un mecho de cabello caído de Tzuyu y le acariciaba la mejilla como si nada, todo su cuerpo se movió con rabia hacia el dúo. Sus padres, los señores Zhou y Momo la seguían desde atrás.

No soy para ti - SATZUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora