✨Risas bajo un árbol de Tilo✨

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¿Puede el amor curar las heridas del alma?
una pregunta que muchos han buscado
su respuesta.

Me encontraba en la cocina discutiendo con Luly cuando entró el señor Natalio

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Me encontraba en la cocina discutiendo con Luly cuando entró el señor Natalio.

Ambos dejamos nuestra disputa y saludamos con respeto al señor.

- Luly- habló directamente con su sirvienta. La mayoría de las veces me ignoraba así que estaba acostumbrado a que solo existiera Luly en el servicio.

El señor Natalio era un hombre muy callado y casi nunca estaba en la casa y cuando estaba jamás abandonaba su preciada biblioteca- ya no hay dulce de leche- informó.

- ¡sí señor!- confirmó la mujer en tono servicial- hoy debería ir a hacer las compras de la semana pero mí hermana me pidió que vaya a cuidar de ella ya que está muy enferma. Le pedí autorización a la señora y me la dio.

- no se preocupe Luly, vaya tranquila que muy bien el jovencito a su lado o María pueden encargarse de las compras y la casa- dijo el señor Natalio ignorando totalmente como me llamo.

- si señor, ya dejé todo listo para que los chicos se arreglen en mí ausencia- yo recién me entero de que Luly dejará de vigilar nuestras acciones como un buitre. ¡Eso nos supone unas semanas de descanso!. Me siento algo mal por desear que su hermana siga más tiempo enferma, pero ojalá tarde en estar bien más de un mes.

- perfecto Luly, ¡que se mejore su hermana!- y salió de la cocina.

- ¡escúchame bien mocoso!- me miró como si quisiera reventarme- volveré en quince días... Si me entero que en esos quince días hiciste algo malo o te mandaste el mínimo problema te juro que te dejaré patitas a la calle- tragué saliva y la miré serio.

Nunca hice ningún problema, siempre fui un chico bueno. A excepción de los que me inventaba Dennis para hacerme quedar mal, claro. Esos últimos se cuentan a miles.

- ¡te prometo que todo estará bien!- dije con voz de niño obediente. Luly me miró desconfiada y tomó una lista inmensa.

- ¡lo que debes comprar!- dijo. Miré la lista y era bastante. Luego caí en la cuenta de que necesitaría ayuda para traer todo eso desde el pueblo a la estancia.

- creo que necesitaré de María- dije sin dejar de observar la lista.

- ¡ni hablar!- gritó Luly- ¡Ustedes dos se pondrán a pasear por el pueblo y traerán la mitad de las cosas!. ¡Además alguien debe quedarse por si es de necesidad!.

- ¿y como iré al pueblo, cargaré todo esto y volveré aquí?- pregunté algo molesto.

- el capataz tiene que ir a buscar unas herraduras al pueblo, él te llevará y te traerá- respondió.

- ¡pero no hay mucho lugar en su chata!- me quejé- ¡además llevará un chancho al mercado!.

- ¡tú irás con el animal!- me quedé en silencio. Siempre que iba al pueblo pasaba algo malo. Era como una maldición. Tragué saliva y me resigné a caminar por el pueblo con olor a cerdo. ¡Me quiero morir!

✨Un Vals en las estrellas ✨ (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora