Quillén tiene un sueño... pero antes debe deshacerse de sus crueles jefes.
Eros quiere escapar de su molesto ex novio y para ello pasa el verano en la estancia de su mejor amigo.
Una noche estrellada cambiará el destino de ambos y terribles secretos...
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Luego de la cena fui a mí cuarto a retirar un par de cosas que me había olvidado. Había perdido la batalla y mí plan de darle una mejor vida a Quillén había fracasado.
Debía volver a casa con urgencia. Mí madre así lo había escrito en el WhatsApp que me envió.
Tomé el celular para contestarle que llegaría temprano a la mañana cuando me entró un nuevo mensaje.
Mí cara se me iluminó.
Corrí hacia el despacho de Don Natalio en busca de la única impresora que había en la casa, como no me había presentado a retirar los resultados, el doctor Robles me los había mandado por correo, podía verlos desde mí celular pero prefería imprimirlos. Así podía analizar mejor los resultados.
Por suerte no había nadie en el despacho y puede imprimir todo sin problemas. Ansioso por ver quién era la madre de Quillén fui leyendo uno por uno los resultados de las candidatas. Hasta que llegue a la ganadora. Mí rostro no podía más de la sorpresa.
Fui pasando uno a uno los resultados con las posibles madres y ninguna tenía relación con Quillén. Me sentí desanimado al ver qué todas mis pesquisas habían fracasado.
Probaría encontrar más información cuando llegara a la ciudad. Miré con fastidio el último análisis, al que no le tenía ningún tipo de esperanzas.
- ¡NO PUEDE SER CIERTO!- grité incrédulo- ¡ESTO ES UNA JODIDA BROMA!
Había hecho un análisis de esa mujer solo por diversión.
No había forma coherente de que fuera la madre verdadera de Quillén hasta que los resultados dijeron lo contrario. Miré otra vez el papel sin poder creerlo.
Al principio tuve una corazonada y decidí hacer ese análisis solo para reírme de la idea de que pasaría si ella era la verdadera madre.
Nunca me imaginé que ese morboso y retorcido escenario que había imaginado resultaría ser la verdad.
