Quillén tiene un sueño... pero antes debe deshacerse de sus crueles jefes.
Eros quiere escapar de su molesto ex novio y para ello pasa el verano en la estancia de su mejor amigo.
Una noche estrellada cambiará el destino de ambos y terribles secretos...
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Aproveché toda la confusión que supuso el problema de María y logré escaparme de la casa para encontrarme con mí amigo. Habíamos acordado vernos a la orilla del camino de tierra que lleva a la estancia para pasar desapercibidos.
Esperé unos instantes hasta que llegó en su auto. Se subió al mío y me saludo sonriente.
- ¿tienes lo que te pedí?- pregunté ansioso.
- ¡Claro Bro!, si no lo tuviera, no te abría llamado.
- ¿te costó?
- bastante. No sé que te traes en manos, pero ese tal Quillén debe de ser muy valioso para vos para arriesgar tanto en pleno año electoral.
- es un chico que necesita saber la verdad- contesté recordando su sonrisa.
- como sea... Aquí tienes las pruebas, transfiere la plata después, la cuenta es la de siempre- me entregó los sobres- y si necesitas ayuda, ya sabés que podés contar conmigo- bajó de mí auto y se fue.
Miré los sobres con entusiasmo y encendí el motor de mí auto. Conocía un buen laboratorio bioquímico que tendría estás muestras en menos de dos días, y mantendrían el pedido en secreto.
Luego de dos horas de viaje llegué al lugar y me entrevisté con un ex profesor de universidad.
- Eros, ¿Qué te trae por acá?- dijo al verme el antiguo profesor Robles.
- necesito que analices estás muestras y me digas si coinciden con esta otra- el hombre miró los sobres.
- una muestra de ADN, la tendré en dos días. ¿Puedo saber quién es Quillén?.
- mantengamos esto en secreto por el momento- asintió- ah, tengo una muestra más... No tiene relación con las demás pero tengo una corazonada.
- no entiendo
- no se preocupe, vendré en dos días a recoger los resultados.
