Quillén tiene un sueño... pero antes debe deshacerse de sus crueles jefes.
Eros quiere escapar de su molesto ex novio y para ello pasa el verano en la estancia de su mejor amigo.
Una noche estrellada cambiará el destino de ambos y terribles secretos...
"Por más dolorosa que sea la verdad, al final libera"
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¡Buenos días a toda nuestra audiencia!- habló el conductor desde su sillón. Habían preparado el escenario para que todo pareciera serio e íntimo a la vez.
Dos sillones, una mesita con pañuelos y un vaso de agua, y detrás nuestro, pantallas gigantes y cámaras apuntando por todas partes.
- estamos hoy por empezar un nuevo capítulo de nuestro programa "Verdades Argentinas". El caso de hoy trata de nuestro candidato favorito a senador por la República Argentina, el señor Natalio Martínez Avellaneda.
Mónica había arreglado la entrevista horas después de haberme encontrado.
Se había cercionado de darme de comer y me había proporcionado una habitación cómoda para dormir. Eros no había aparecido en toda la noche, cuando le pregunté a Mónica el motivo de su ausencia, está me dijo que había viajado a Uruguay con su madre de urgencia y que estaba más tranquilo de que me encontrara seguro.
Me dolió en el alma su frialdad. Me conforme con la venganza. Un futuro con Eros lo veía cada vez más distante.
- la historia que les traemos hoy es muy fuerte y debe tomarse con el respeto que se merece. Tengo aquí a mí lado a Quillén Lopez, un ex empleado de la estancia Martínez Avellaneda. Un gusto que estés con nosotros Quillén- me saludó el conductor.
- el gusto es mío- contesté algo inseguro.
- contanos tu historia Quillén- me alentó el conductor. Hice un gesto y largué todo. Como si llevara años esperando salir.
- se me dijo que era un huérfano que alguien abandonó en el campo donde se encuentra la estancia. Desde allí me crió una mujer del personal de servicio y desde los cuatro años serví a la familia para pagar mis estudios o cualquier cosa que necesitara. Comencé con trabajos simples como dar de comer a los animales o lavar los platos. A medida que crecia el trabajo aumentaba y yo no veía un peso. Hasta hace unos días solo conocía eso. El trabajo de sirviente de los Martínez Avellaneda. Personas que me trataron como a un esclavo- se me cortó la voz y el conductor me dió una palmada de consuelo. Hasta ese instante no me percaté de que estaba llorando.
- fueron muy crueles conmigo- proseguí una vez me repuse- Dennis, la hija menor de los patrones disfrutaba hacerme sufrir, siempre ideaba un plan para que Luly, mí tutora me castigara- me levanté la remera y mostré las viejas cicatrices que tenía- los castigos iban desde golpes, azotes o quedar días encerrado en una jaula sin agua ni comida. Los patrones siempre veían esos castigos y siempre alentaban a Luly a hacerlos más feroces.
- ¡lo que cuentas es horrible!- se escandalizó el conductor- ¡debiste pasar un infierno!. ¿Por qué serían capaces de hacer esas atrocidades?.
- porque soy uno de ellos- declare, el conductor ahogó una exclamación- soy el hijo ilegítimo de juleika Martínez Avellaneda. Fue ella quién me abandonó y me entregó a la criada, fue ella y su marido los que me hicieron pagar por sus pecados.
- ¡madre de Dios!- el locutor se tomó la cabeza. Era obvio que Mónica no había advertido al canal sobre la noticia. Quería el factor sorpresa de todos- ¿existen pruebas que confirmen que es cierto lo que dices?.
- si- afirmé- acá tengo los resultados del ADN- mostré el papel para que las cámaras lo enfocaran.
- ¡y es real!- aclaró el conductor- acá está el sello del laboratorio. Eres realmente el hijo de juleika Martínez Avellaneda.
- si, por desgracia sí- contesté secando las lágrimas.
- ¡este es el famoso candidato a senador!- siguió el locutor- él que dice ir al congreso para defender los valores familiares y la moral. Un sucio maltratador de menores. Un retrógrada. Un cruel tirano. ¡Nos vamos a un corte y seguiremos con el caso Martínez Avellaneda!, ¡No cambien de canal!.
Salí del estudio con dos guardaespaldas y Mónica Rosas a mí lado.
- ¡estuviste excelente!- me felicitó- solo nos queda una entrevista radial y una conferencia de prensa. ¡Hoy será un día negro para los Martínez Avellaneda!.
- ¡eso espero!- contesté- ¡después de todo me quitaron lo poco que tenía!.
- no te preocupes... Tu futuro va a cambiar. Averigüe sobre tu beca en la academia para la que aplicaste y resulta que sí sacaste una beca. La confirme está mañana así que podrás cumplir tu sueño.
- ¿lo dice en serio?- me alegré. ¡Mí sueño se cumpliría! Un golpe de alegría me embargó.
- si Quillén, las clases comienzan la semana que viene así que tienes por lo menos un par de días para acomodarte en la pensión de la academia par- informó. Mis ojos brillaban de alegría- además haré lo posible para que los periodistas no te sigan a todas partes de ahora en adelante.
- ¿a dónde vamos ahora?- pregunté mientras entrábamos a un complejo de edificios de lujo.
- como queda mucho para la próxima entrevista pensé que fueras a visitar a mí sobrino. Solo será media hora pero se alegrará de verte. Estaba muy preocupado- asentí feliz. Las cosas iban mejorando, tenía mí beca y me encontraría con Eros.
Mónica no bajó del auto, se quedó allí y me dijo que me recogería en media hora. Me indicó el piso y una vez el portero me dejó entrar corrí hacia el segundo piso donde vivía Eros.
Golpeé la puerta varías veces pero nadie contestó.
La puerta estaba mal cerrada porque el último golpe la abrió. Me pregunte si sería de mala educación entrar sin su permiso. Luego oí una de las puertas vecinas abrirse y recordé que Eros y Julián son compañeros de piso.
Temeroso de enfrentarme a mí medio hermano entré sin dudarlo al departamento.
Todo estaba en silencio. Solo se oía un murmullo en un pasillo que llevaba al fondo. Quedé impactado por tanto lujo.
Los ruidos del fondo se hacían más fuertes así que fui en esa dirección. Eros debía de estar viendo televisión en su cama. Caminé hacia la puerta del final del pasillo y la abrí con entusiasmo, sin tocar, por la emoción de ver a Eros de nuevo.
Mí corazón quedó estampado en el piso.
Mis ilusiones rotas.
Eros estaba teniendo sexo con un chico en su cama. Al sentir la puerta abrirse me miró con asombro.
- ¿Quillén?- preguntó sin apartarse del otro chico.
