Quillén tiene un sueño... pero antes debe deshacerse de sus crueles jefes.
Eros quiere escapar de su molesto ex novio y para ello pasa el verano en la estancia de su mejor amigo.
Una noche estrellada cambiará el destino de ambos y terribles secretos...
"Un hermano puede ser fastidioso, pero al final del día es él que más te comprende"
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Julián se presentó a la mansión Montenegro a las nueve de la noche.
Lucía inseguro, y luego de dejar su abrigo a la ama de llaves esperó en el vestíbulo hasta que bajara a recibirlo. Quise hacer como en las películas y bajar lentamente de la escalera, con aire sofisticado y sensual.
Mi capricho de niño pero deseaba que viera como era ahora, un igual y no su fiel sirviente.
Al bajar las escuelas lo ví de primer plano, se lo notaba atormentado y con varias noches sin dormir. Mí esperanza de ver a María se esfumó cuanto lo vi solo, casi patético, agitando una de sus manos al verme bajar.
- Julián- dije a modo de saludo- es una sorpresa verte aquí.
- no lo creo- respondió- ambos sabemos que este día tarde o temprano llegaría.
- ¿y María?- quería dejar el guión berreta de novela que estábamos haciendo.
- se fue a casa a visitar por última vez a su familia. Nos vamos a casar- me sentí feliz por María. Luego de tantos años siendo la sombra de Julián al fin podía ser algo más. ¡Su esposa, amiga y amante!. ¿Quién dijo que la perseverancia no te premia con lo que tanto anhelas?.
- espero sean muy felices juntos- les deseé- ¡María se merece lo mejor!.
- ¡tienes razón!, ¡Y espero dárselo todo!. ¡La haré la mujer más feliz de universo!- se notaba el amor que le profesaba. Casi me emocioné.
- pasamos al... Patio... A charlar- lo guíe a duras penas hacia una galería. Era hermosa y estaba completamente sellada con vitrales. Era un especie de invernadero lleno de macetas con plantas aromáticas.
- lindo lugar- dijo al sentarse. Acarició un maceta de lavanda- le da un perfume característico a la casa.
- al parecer sí. No puedo decirte si se siente en toda la casa porque apenas llevo unas horas aquí- reconocí.
- debe ser difícil adaptarse a tantos cambios- comentó.
- el lujo aún me incomoda. Tantas cosas y no estoy acostumbrado a ser atendido todo el tiempo- expliqué.
- al menos sabes hacerte las cosas solo. Es una ventaja que te distingue del resto. Yo creo no saber lavar ni una media- rió de su chiste. No lo seguí. Quería que fuera al grano.
- ¿a qué has venido?- le pregunté directo.
- hacer las pases. No vengo en nombre de mí familia, ni mucho menos a reclamarte nada. Mí padre se merece perder su candidatura por lo que te hizo. Nos merecemos todo lo que nos pasó en esta semana por todo el daño que te infringimos. Lo siento ¿si?. Yo no sabía quien eras en realidad y nunca me importó en realidad. Está mal, lo sé. Siempre fuiste mí amigo y estuviste ahí. Conmigo y con María. No quiero que eso se acabe. Eres importante para mí Quillén. Nunca olvides eso.
