cap3

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Pero apretó los labios y desvió la mirada de su sólida figura a la ventanilla. ¡Dios santo! ¿Quién hubiera pensado que el hijo de Hyolyn se convertiría en un tipo tan imponente? Si alguna vez SeHun se cansaba de la vida de la isla, JunMyeon podría encontrarle trabajo de modelo en menos que cantaba un gallo.

Aquello no era justo, pensó JunMyeon mientras se fijaba en que la carretera del aeropuerto era ahora de dos vías. SeHun podría ser muy guapo, pero no tenía el tipo de mirada blanda de los modelos con los que JunMyeon acostumbraba a tratar. Había carácter en sus limpias facciones y una áspera dureza en su boca. La cámara podría enamorarse de él, pero dudaba que le diera la oportunidad.

De hecho, se parecía bastante a su abuelo, pensó JunMyeon apretando los labios. Oh Woo-Bin había poseído la misma sexualidad desnuda tan aparente en su nieto. Por supuesto, SeHun podría parecerse a su padre también, pero eso era algo de lo que nunca se había hablado en su presencia. Sólo sabía que Hyolyn no había sido más que una colegiala cuando SeHun había nacido.

—Entonces, ¿cómo encuentras esto? —preguntó SeHun ahora, dirigiendo una mirada en su dirección.

—Precioso. —dijo JunMyeon convencido. Las brumosas playas blancas y exuberante vegetación que había visto desde el avión se habían convertido en el colorido paisaje que recordaba. Entre los dos carriles de la carretera, los arbustos floridos formaban una exótica mediana y a lo lejos brillaban las aguas turquesas de Jejú City—. Siempre me encantó venir aquí.

—Entonces, ¿por qué no has vuelto? Mamá está deseando verte. No ha dejado de hablar de ti los últimos días. —pregunto SeHun con la vista en la carretera.

—¿De verdad? —JunMyeon se mordió el labio inferior—. Yo también estoy deseando verla. ¿Y tu abuelo? Supongo que estará a punto de retirarse, si no lo ha hecho ya.

Le pareció que SeHun vacilaba antes de contestar.

—¡ah, el abuelo sigue por ahí! —respondió sin más SeHun.

Pero era evidente que no le apetecía hablar de él. JunMyeon se dedicó a mirar al paisaje sin verlo. Tenía calor y, a pesar del aire acondicionado, se sentía incómodo. Y estaba nervioso. ¿Por qué se había puesto a sí mismo en aquella situación?, se preguntó JunMyeon. Tenía la sensación de que al final iba a arrepentirse.

La velocidad lo estaba mareando y miró con sospecha al conductor. Su perfil era fuerte a pesar del efecto suavizante de sus espesas pestañas y el húmedo pelo un poco rizado en la base del cuello.

SeHun era atractivo, pensó consciente de que en mucho tiempo no lo había afectado ningún hombre. Y no era que se sintiera atraída por SeHun, se dijo a sí mismo. Después de todo, era su sobrino. Lo único que hacía era que se sintiera viejo.

—¿Qué pasa? —pregunto SeHun mirándolo de reojo.

Y también era intuitivo, pensó JunMyeon.

—Hum, nada. Es sólo que... es extraño estar aquí de nuevo. —susurro JunMyeon con una sonrisa—. Es un alivio ver que la isla apenas ha cambiado.

SeHun enarcó las cejas rectas.

—¿Al contrario que yo, quieres decir? —inquirió con una sonrisa ladina.

—Bueno, por supuesto. —se encogió de hombros JunMyeon—. Todos hemos cambiado y sólo hace falta mirarte para ver cuánto.

—No te pongas maternal, JunMyeon. —regaño SeHun molesto.

—No estaba siendo...

—Pues a mí me lo ha parecido. —los leonados ojos de SeHun se habían oscurecido y JunMyeon sintió un involuntario escalofrío—. Supongo que te cuesta aceptar que ahora estemos en los mismos términos. Entonces siempre me estabas recordando el par de años que me sacabas.

Prohíbido Deseo-SeHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora