JunMyeon posó el libro y alcanzó el tubo de crema solar de la mesa baja que tenía al lado. Aunque la hamaca estaba protegida por una sombrilla de rayas, al moverse el sol, sus piernas quedaban expuestas y podía sentir los picores en la piel.
En cuanto se aplicó crema hasta el tobillo, sintió alivio. Miró entonces a su alrededor admitiendo con desgana que tenía suerte de estar en un entorno tan delicioso.
Estaba sentado al borde de la piscina del hotel, otra innovación desde los días en que JunMyeon había visitado la isla con sus padres. JunMyeon prefería bañarse en el mar, pero hasta el momento no había nadado. Todavía se sentía muy reacio a hacer esfuerzos que pusieran en riego su recuperación, que era por lo que tenía tanto cuidado con la piel.
Por supuesto, ya se había bronceado un poco debido a que pasaba el mayor tiempo posible fuera del hotel y era totalmente imposible mantenerse inmune a los efectos del sol. Había dado largos paseos en un esfuerzo por recuperar fuerzas y por evitar a Hyolyn, admitió con una punzada de culpabilidad.
Y no era que hubiera tenido mucho éxito con lo segundo, reconoció con desgana. Su hermanastra insistía en que cenaran todas las noches juntos, aunque por suerte, no se había repetido la desastrosa cena de dos días atrás. En conjunto, los días habían sido muy tranquilos y el único acontecimiento que los diferenciaba de unas vacaciones normales eran las visitas a Woo-Bin
Sin embargo, pensar en la cena en que SeHun había llevado a Zitao le producía escalofríos. Después de la explosión de SeHun, Hyolyn había ido a atender a Zitao y JunMyeon había aprovechado para hacer su escapada. Ni JunMyeon ni Hyolyn lo habían mencionado desde entonces, aunque lo natural hubiera sido hacerlo.
Lo que significaba que no sabía más que antes de los motivos de Woo-Bin para querer verlo. A veces, se preguntaba si se lo habría inventado SeHun. ¿O pensaba Hyolyn que no hacía falta contar nada más?
Aunque JunMyeon y Woo-Bin habían hablado más en los últimos días que en toda su vida, sus conversaciones solían tratar de los recuerdos de su madre, sobre todo. Lo que Woo-Bin sentía ahora, lo que pensaba durante las largas horas de soledad en su habitación, le parecían mucho menos importantes que lo que había pasado antes. Y sus recuerdos de Suzy eran preciosos, más preciosos con cada día que pasaba junto a su hija.
Sintiendo el picor de las lágrimas en los ojos, JunMyeon alcanzó las gafas de sol. No iba a llorar, se dijo a sí mismo. Ya había llorado todo lo que tenía que llorar años atrás. Pero no tenía duda de que Woo-Bin le había dado una nueva perspectiva de su madre y, aunque todavía simpatizaba con su padre, estaba empezando a pensar que tal vez debió de haber seguido viendo a su madre y apartar los problemas que tenían ella y su padre después de todo él no tenía nada que ver en ese problema.
JunMyeon se reclinó contra la hamaca, agarrando el libro de nuevo para intentar sumergirse en la historia. Pero los personajes eran demasiado planos y no conseguía concentrarse en el argumento.
Se preguntó qué estaría haciendo SeHun en ese momento y rechazó la idea con disgusto. Cuanto menos viera a su «sobrino», mejor. Había estado dos veces en el hotel a visitar a su madre, pero por suerte no se había encontrado con él.
Alzó la vista hacia las sombras que dibujaban las palmeras sobre la sombrilla. Aquel sitio era un paraíso y, aunque no quisiera admitirlo, estaba empezando a comprender por qué su madre decía que se te metía en la sangre.
Cerró los ojos. Los abrió unos segundos más tarde al notar una sombra, y parpadeó ante la silueta masculina que tenía delante.
Era SeHun. De alguna manera lo había sabido y, al instante, se sintió avergonzado de lo poco atractivo que debía de estar con la piel grasienta.
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Prohíbido Deseo-SeHo
FanfictionKim JunMyeon no había regresado a la isa de Jejú desde el desagradable divorcio de sus padres y el segundo matrimonio de su madre. Ahora quince años después su padrastro, gravemente enfermo, quería su perdón por haberlo separado de su madre, y eso l...