Cap5

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Para cuando bajó al primer piso de nuevo, JunMyeon se sentía mucho mejor.

Cuando había salido del cuarto de baño enrollado en una suave toalla del hotel, se había encontrado con una bandeja con té y pastas que supuso le había dejado Hyolyn. Y aunque no tenía hambre, no pudo resistir probar las deliciosas pastas caseras.

Después del té, reposó en la cama colonial con baldaquino colocado frente al mar y se dedicó a contemplar las aguas del pacifico hasta que el sol desapareció por el océano. Después, debió quedarse dormido.

JunMyeon se había despertado en la habitación a oscuras y al principio se había sentido desorientado. Pero al encender las lámparas el recuerdo de su llegada lo asaltó. Ya no había podido descansar más.

Después de haber deshecho el equipaje, todavía le sobraba mucho tiempo hasta la hora de la cena. Hyolyn le había dicho que bajara a las ocho, pero que no se preocupara si ella llegaba tarde porque tenía que resolver algunos problemas del hotel.

Al bajar en el ascensor, JunMyeon temió encontrarse con Oh SeHun. ¿Qué diablos iba a decirle?

Los apartamentos que usaba la familia estaban en el primer piso tras el área de recepción. JunMyeon los conocía. Antes de la desagradable ruptura de sus padres, Los Kim y su hijo habían tomado copas a menudo con Hyolyn y su padre. En aquellos tiempos, JunMyeon y sus padres habían alquilado una de las casitas adyacentes que pertenecían al hotel. Su padre siempre había preferido la comida casera a la del hotel, pero gracias a su afición por la navegación, Woo-Bin y Minho se habían hecho buenos amigos...

JunMyeon se sintió turbado. Hacía mucho que no se tomaba tantas molestias en arreglarse, pero por alguna razón, esa noche había hecho un esfuerzo. Aunque el pantalón de seda negra y sudadera con lentejuelas de colores eran prendas muy discretas, se sintió provocativo.

Una conciencia que aumentó cuando al entrar en la sala de su hermanastra, se encontró con SeHun esperándolo. Estaba de pie frente a los ventanales franceses con una mano contra la pantalla y la otra rodeando un vaso.

Al inspirar con fuerza, JunMyeon llamó su atención y SeHun se dio la vuelta al instante mirándolo con frialdad. ¿En qué estaría pensando?, se preguntó al verle fruncir el ceño. Su mirada se deslizó sobre JunMyeon con aprecio deliberado, pensó. ¿SeHun estaría tratando de intimidarlo? Parecía demasiado seguro de sí mismo, pensó JunMyeon cuadrándose de hombros. Y sin embargo, mientras la expresión de JunMyeon se endurecía, la de SeHun se suavizó.

—¿Te sientes mejor? —preguntó SeHun antes de apurar su copa—. Deja que te sirva una copa. Te sentará bien.

—Hum... ¿Tienes agua mineral? —pregunto JunMyeon.

—¿Agua mineral? —cuestiono SeHun.

—Todavía sigo con el tratamiento. —explicó JunMyeon al avanzar hacia adentro aunque hubiera preferido mantener la distancias con SeHun—. ¿Dónde está tu madre? Me dijo que me reuniera aquí con ella.

—No tardará mucho. —replicó SeHun posando el vaso vacío en la pequeña barra del bar antes de examinar las botellas—. Agua mineral. Aquí está. ¿Te vale con gas?

—Sí. Gracias—dijo JunMyeon, acercándose con rapidez a la ventana.

Bajo la terraza, el sonido del mar era un mudo murmullo y el calor de la noche aromatizaba el aire con el olor de pinos y especias.

—Aquí tienes. —hablo SeHun

Y JunMyeon vio por el reflejo del cristal que SeHun estaba tras él y una vez más se sintió turbado por su cercanía.

Prohíbido Deseo-SeHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora