Aunque era lo último a lo que hubiera querido enfrentarse, a JunMyeon no le sorprendió en realidad encontrarse a Hyolyn esperando por él al volver.
—¡Ah, aquí estás! —exclamó su hermanastro cuando aparcó—. Estaba empezando a ponerme nerviosa. No me dijiste que ibas a almorzar en la ciudad.
—Fue una decisión del momento.
—He esto intentando ponerme en contacto con SeHun. Me pregunté si habrías llamado a su oficina, pero Sana, su secretaria, me dijo que se había ido con un cliente a las doce y que todavía no había vuelto. —señalo Hyolyn.
¡Un cliente! Pensó JunMyeon.
—Entonces, ¿fuiste al cementerio? —ante su asentimiento, Hyolyn prosiguió—. Bonito sitio, ¿verdad? Mi padre solía pasarse horas enteras sentado en el jardín.
—Ya me lo imaginaba. Yo también estuve sentado un buen rato.
Hyolyn lo agarró del brazo y lo condujo al interior del hotel.
—Pareces cansado jun. ¿No habrás caminado demasiado?
—Por supuesto que no. —pero JunMyeon se sonrojó, a pesar de sus esfuerzos—. Sin embargo, estoy un poco cansado. Me gustaría descansar un poco.
—No te apetecerá visitar a mi padre, ¿verdad JunMyeon? Me ha preguntado por ti esta mañana y le dije que te habías ido a la ciudad.
JunMyeon lanzó un gemido para sus adentros, pero se volvió hacia Hyolyn con una resuelta sonrisa.
—¿Por qué no? Me gustaría contarle dónde he estado.
—Gracias.
Hyolyn le apretó el brazo y JunMyeon se ajustó el sombrero antes de salir de nuevo. Aunque eran poco más de las tres, el sol estaba más ardiente que nunca y el ala del sombrero le protegía también los ojos.
Sólo tardó unos minutos en llegar al bungalow de Woo-Bin. Era el más alejado de la playa y el más tranquilo en consecuencia. Como siempre, a la enfermera de guardia le agradó verlo. Eso le permitía relajarse unos minutos sabiendo que su paciente no estaba solo.
Woo-Bin parecía dormido, pero JunMyeon ya sabía que no lo estaba. Durante el curso de sus muchas conversaciones, le había contado que no dormía mucho.
—¡Has vuelto! —susurró cuando JunMyeon se acercó a la cama.
—Sí. —dijo ocupando la silla que había dejado libre la enfermera—. ¿Cómo está?
—¿Qué es lo que dicen? Tan bien como se puede esperar. —murmuró Woo-Bin con humor—. ¿Has disfrutado de tu paseo? Hyolyn me dijo que tal vez fueras al cementerio.
—Sí, he estado allí. Es un sitio muy tranquilo, ¿verdad? Creo que me sentó bien.
—Bien, bien JunMyeon. Suzy y yo solíamos pasar mucho tiempo allí juntos cuando yo podía caminar todavía.
JunMyeon apretó los labios.
—Estoy seguro de que echa de menos tus visitas. Quiero decir, que creo que es donde le hubiera gustado descansar.
—¿Eso crees? —sus ojos se clavaron en los de JunMyeon. Y entonces, como si lo que fuera a decir requiriera mucho esfuerzo, se apretó brevemente la máscara contra la boca—. No sabes lo que te agradezco que digas eso, myonie. —su mano buscó la de JunMyeon—. ¿Quiere eso decir que me perdonas por fin?
JunMyeon respiró agitado mientras Woo-Bin le sujetaba los dedos.
—Supongo que sí. —susurro pidiendo perdón a la memoria de su padre.
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Prohíbido Deseo-SeHo
Fiksi PenggemarKim JunMyeon no había regresado a la isa de Jejú desde el desagradable divorcio de sus padres y el segundo matrimonio de su madre. Ahora quince años después su padrastro, gravemente enfermo, quería su perdón por haberlo separado de su madre, y eso l...