JunMyeon estaba sorprendido. De todo lo que hubiera esperado oír de Hyolyn, nunca se le hubiera ocurrido nada así. Y sin embargo, ahora que lo pensaba, tenía cierto sentido cruel. Pero era su primer enfrentamiento con el racismo y no le gustaron las feas imágenes que le inspiró.
—Te he sorprendido, ¿verdad? —regaño Hyolyn—. Pero quizá ahora puedas entender por qué tu padre sentía tanto antagonismo hacia SeHun y hacia mí.
—¡No! —JunMyeon estaba asombrado, pero no simpatizaba con los prejuicios de su padre—. Mi padre no sería así además...
—¿Además qué? —Hyolyn se levantó de su silla y se acercó a los ventanales abiertos ladeando la cabeza hacia el cielo—. ¿Qué no soy negra o bueno no tanto y puede pasar desapercibido al vivir en una isla? No sé si eso es un cumplido o no.
—¡No lo decía como un cumplido! —exclamó JunMyeon con énfasis—. ¡Por Dios, Hyolyn! No puedes lanzarle eso a la cara a alguien y esperar que no tenga ninguna reacción. Lo siento si he sido torpe. Lo que quería decir es que nunca lo hubiera imaginado.
—No —la sonrisa de Hyolyn fue sarcástica—. Ni tú ni el padre de SeHun. —inspiró con intensidad—. Cuando descubrió lo que yo era, no pudo esperar para salir en el siguiente vuelo de la isla.
JunMyeon también se levantó.
—¿Quieres decir que los abandono a SeHun y a ti?
—No. En su favor debo decir que no sabía que yo estaba embarazada cuando se fue. —susurro Hyolyn—. Pero hasta entonces estaba planeando llevarme a conocer a sus padres. Era estudiante y pasaba los veranos en la isla trabajando de camarero para ganar algún dinero.
—¡ay Hyolyn! —JunMyeon cruzó la habitación y apretó las manos de su hermanastra con fuerza—. ¡Lo siento tanto! Ya sé que no dejo de repetir lo mismo, pero no sé qué otra cosa decir. —se mordió el labio—. ¿Lo pasaste muy mal cuando se fue?
—Sobreviví. Mi padre fue un gran apoyo y, cuando nació SeHun, me sentí la chica más afortunada de la tierra. —los ojos se le humedecieron de repente—. Adoro a ese chico, JunMyeon. Lo quiero muchísimo y no quiero que le ocurra nada parecido nunca.
JunMyeon tragó saliva.
—Por supuesto que no...
—Por eso me alegré tanto cuando decidió volver a Jejú al terminar la universidad. —continuó Hyolyn—. Y ahora tiene a Tao y ya no tendré que preocuparme más. Su familia proviene de china y no hay peligro de que lo acusen de destrozar su vida ya que tantos negros como chinos acá en corea son discriminados.
JunMyeon asintió, pero tenía la sensación de que había alguna insinuación hacia él también. Hyolyn podría no saber lo que había sucedido, pero debía haber presentido cierta afinidad entre su hijo y él. ¿Sentiría SeHun lo mismo? ¿Sería por eso por lo que había querido que JunMyeon supiera la verdad?
Después de un momento, Hyolyn se soltó y, volviendo a la silla, sacó un pañuelo de su bolso.
—Bueno, ahora ya conoces todos nuestros pequeños secretos. —dijo sonándose la nariz—. Espero que eso no marque ninguna diferencia en lo que sientes por nosotros.
—¡Por supuesto que no! —JunMyeon fue vehemente—. Hyolyn, me avergüenzo de cómo se comportó mi padre contigo, yo no tenía idea...
—Eso ya no es importante ahora. —corto Hyolyn.
—Lo es para mí.
—Bueno... —Hyolyn se cuadró de hombros—. Supongo que fingía bien cuando estabas al lado y no te diste cuenta. Imagino que le costara admitirlo, pero cuando tu madre se enamoró de mi padre ya no pudo evitarlo más.
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Prohíbido Deseo-SeHo
FanfictionKim JunMyeon no había regresado a la isa de Jejú desde el desagradable divorcio de sus padres y el segundo matrimonio de su madre. Ahora quince años después su padrastro, gravemente enfermo, quería su perdón por haberlo separado de su madre, y eso l...