Cap 9

257 35 17
                                    

Huang Zitao se acurrucó contra el hombro de SeHun y, al ladear la cabeza, su cabello moreno y destacó contra la manga de color crema de su camisa de seda.

—¿Qué pasa? ¿Es por tu madre? —cuestiono Zitao a SeHun.

—No pasa nada. —SeHun bajó la vista hacia Zitao con afecto esperando que no insistiera más—. Estaba pensando, eso es todo.

—Entonces llevas pensando todo el camino desde Seogwipo. —protestó Zitao con sequedad, alzando la cabeza para incorporarse en el asiento del Buggy—. Si he hecho algo malo, dímelo. No quiero pasarme la tarde preguntándome qué será.

—No es nada, ya te lo he dicho. —declaró SeHun con tono más duro de lo que hubiera pretendido—. Tengo muchas cosas en la cabeza en este momento, Zitao. Con el juicio de Rainbird y la enfermedad del abuelo ya es suficiente.

—Ya lo sé, ya lo sé. —Zitao agitó la mano con gesto pacificador y se alisó el pantalón de su traje. Pegado, como la mayoría de la ropa que usaba, el estampado de color limón se agitaba alrededor de sus piernas, de las que estaba justificadamente orgulloso—. Estoy nervioso, supongo que por tener que conocer a ese tío adoptivo tuyo.

—No es mi tío adoptivo. —dijo SeHun apretando los labios.

—Vale, vale. Tu tiastro entonces. ¿Qué más da? —Zitao lanzó un gemido de impaciencia—. Yo lo encuentro bastante morboso. El que se presente aquí sin más justo cuando tu abuelo se está muriendo, quiero decir.

—JunMyeon no se ha presentado aquí sin más. —regaño SeHun defendiendo a JunMyeon—. Sabes muy bien que mi madre lo ha invitado. Y el abuelo quería verlo también. La verdad es que ha sido por él por lo que está acá.

—Hum... —Zitao hizo una mueca desagradable—. Da igual. Es curioso que haya aceptado ahora la invitación de tu madre después de tantos años. ¿No será que espera que tu abuelo lo recuerde en su testamento?

—Lo dudo. —respondió SeHun.

Fue abrupto y no pudo evitar preguntarse por qué los comentarios de Zitao lo irritaban tanto. Cuando él se había enterado de que JunMyeon iba a llegar a la isla, también se había sentido escéptico. Sólo saber que había estado gravemente enfermo había hecho que se guardara los comentarios para sí mismo.

Y entonces, cuando lo había visto...

—Entonces, ¿cómo es? No me has contado casi nada de él. —cuestiono Zitao con curiosidad—. Lo único que sé es que es más joven que tu madre y que estuvo a punto de morir de una perforación de úlcera.

SeHun suspiró.

—¿Qué quieres saber? —preguntó SeHun con paciencia—. Es algo bajo, más bajo que tú, de todas formas y está muy delgado. Es casi pelirrojo natural, tiene la piel muy pálida y los ojos castaños. ¿Te basta con eso?

—Eso no es lo que quería decir. —Zitao hizo una mueca de desagrado, pero al comprender que estaba siendo bastante duro, adoptó un tono más optimista—. Sólo me preguntaba si me caería bien, eso es todo.

—Estoy seguro de que sí. —aseguró SeHun con tensión lanzando una maldición cuando un motorista se pasó el cruce—. Ahora, ¿podemos hablar de otra cosa?

Zitao le dirigió una mirada de curiosidad.

—Si quieres. —se alisó de nuevo el pantalón—. ¿De qué?

—¿De qué qué? —cuestiono SeHun perdido en sus pensamientos por JunMyeon.

—Que de qué quieres hablar. —renegó Zitao.

SeHun en respuesta le lanzó un suspiro de impaciencia.

—No lo sé. De lo que sea —se detuvo—. ¿Sabe tu hermano cómo le ha ido con los exámenes?

Prohíbido Deseo-SeHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora