CAPÍTULO 4

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Narra Elena--escrito por leirem
Vamos a ponernos los bikinis, pero me doy cuenta de que Skyler se ha quedado delante de mi estantería. Me coloco detrás de ella y salto, subiéndome a su espalda.
-¿En qué piensas,Sky?-le conozco lo suficiente para saber que algo le ocurre.
-¿Recuerdas cómo nos conocimos?-pregunta sonriente.
-Estás de coña, ¿no?-digo sonriendo.-Tendría que ser muy despistada para olvidarlo.
Sky me mira arqueando una ceja y yo le sonrío, burlona.
Lo cierto es que nuestra primera impresión las unas de las otras no fue precisamente buena.
Yo había visto a ambas en varias ocasiones, mas nunca había hablado con ellas, ya que Skyler era de la clase de al lado, con la cual nunca tenía contacto, mientras que Isabella no era de mi grupo social y, sinceramente, nunca me atreví a hablar con ella. Pero un día, mientras iba por los pasillos leyendo mi preciado libro de Harry Potter y el prisionero de Azkaban, choqué contra dos personas, haciendo que los tres cayéramos al suelo y yo, para mi desgracia, perdiera la página que estaba leyendo. Pero al parecer no era la única que iba leyendo y había tenido ese problema. Delante de mí se hallaban dos chicas a las cuales no me costó reconocer como Isabella Garrido y Skyler Serrano. Estaba convencida de que me iban a matar. Isabella fue la primera en hablar.
-¡Mirar por dónde vais!-grito, para, a continuación, murmurar,-malditas muggles.
¿Esa tía me estaba llamando muggle?¿A mí? Iba a contestarle, pero Skyler se me adelanto.
-¿Cómo que muggle? Iros a la mierda, hijas de Umbridge.
Eso me hizo estallar.
-¿Cómo que hija de Umbridge? ¡Hacer el favor de cerrar la boca, que tenéis de cerebro lo que Voldemort de nariz!
Después de decir eso nos miramos asombradas y empezamos a farfullar palabras ininteligibles. Después comenzamos a reírnos a carcajadas. El resto es historia.
Sacudo la cabeza, espantando los recuerdos y miro a Sky. Ambas sonreímos, estábamos pensando lo mismo.
-¡Eh! ¿Vamos a ir a la playa u os vais a quedar hay paradas con cara de bobas?-se oye el grito de Bella.
Tras estas palabras corremos a prepararnos.

******

Ya ha pasado una semana desde el día de mi cumpleaños, cuando Dumbledore apareció en la puerta de mi casa. Hemos utilizado esta semana para despedirnos de nuestras familias (un auténtico dramón), preparar el equipaje e informarnos a tope sobre lo que nos espera este curso (es decir, súper maratón de Harry Potter, tanto de libros como de películas).
Ahora mismo estamos andando por Londres, en busca del callejón Diagon para comprar el material para las clases, tras haber bajado del avión que nos a traído de España y dejado nuestras maletas en el nuevo apartamento. Solo hay un problema: no tenemos ni la más remota idea de dónde demonios estamos. Ninguna tiene un buen sentido de la orientación, menos aún en un sitio completamente nuevo. Y para colmo de males, soy yo quien lleva el mapa. Después de lo que parecen horas encontramos un local con el cartel que reza «el caldero chorreante».
Al entrar todo es como lo imaginamos y Tom nos ayuda a entrar al callejón Diagon.
-Esto es tal y como lo había imaginado-dice Bella emocionada.
-¿Pero no debería haber más gente?-pregunta Sky asombrada.
-Recuerda que estamos en cuarto, tontina-le digo.-Todo el mundo está en el mundial de quidditch.
-Tienes razón-dice Bella pensativa.-¡En cualquier caso, vámonos de tiendas!
Y eso hicimos: compramos los libros de este año y los anteriores (tendremos que recuperar los años perdidos), las túnicas, los vestidos de gala...
A continuación, llega el tan esperado momento: Ollivander's.
Al entrar nos encontramos en una sala llena de cajas polvorientas y un mostrador igual de limpio. Pero no hay ni un alma.
-Es idéntico a como Rowling lo describió-digo.
-¿Hola? ¿Hay alguien ahí?-grita Bella.
A los pocos segundos aparece un anciano señor. Debe ser Ollivander.
-Señorita Serrano, señorita Garrido, señorita Montero, Dumbledore me advirtió que vendrían-dice.-¿Quién va a comenzar?
Isabella da un paso al frente:
-Yo misma.
Ollivander asiente distraído y va a buscar unas cajas. Le entrega una y Bella la agita. Un montón de cajas salen disparadas hacia nosotras, haciendo que Sky y yo tengamos que tirarnos al suelo protegiéndonos las cabezas.
-¡Eso es intento de asesinato!-grita Sky a mi lado, ocasionándome la risa.
Después de varios intentos Bella logra hacer saltar chispas de una.
-Sí, sí, justo lo que pensaba, es esta-dijo el vendedor.-Núcleo de fibra de corazón de dragón, roble, flexible, 16cm.
-Genial.
-Ahora yo-decide Sky.
Ella también prueba varias, hasta que finalmente encuentra una.
-Núcleo de pelo de cola de unicornio, olmo, inflexible, 15 cm-explica de nuevo Ollivanders.-Ahora es tu turno, pequeña.
Comienzo a probar varitas. Creo que la mitad de la tienda a quedado destrozada cuando me entrega una que por fin me elige.
-Núcleo de pluma de cola de fénix, cerezo, ligeramente flexible,15cm-me dice al entregármela.
Tras eso salimos felices de la tienda.
-¿Qué hacemos ahora?-pregunto.
-Siempre he querido una lechuza, ya sabéis, potterhead 100%.
Nos reímos y asentimos. Podría ser divertido.
Al entrar en la tienda nos separamos para escoger nuestras respectivas mascotas. Yo me dirijo a la jaula de un halcón.
-Hola, bonita-le susurro.-¿Te quieres venir a casa conmigo?
Salimos de la tienda con mascotas nuevas. Yo llevo el halcón anteriormente mencionado subido al hombro, Bella porta una jaula con una lechuza blanca con manchas marrones y Sky una gata atigrada en brazos.
-¿Qué nombres les vais a poner?-pregunta Sky acariciando con dulzura al animal.
-A mí me gusta Bloody-dice Bella mirando con orgullo a la lechuza.-¿Tú cómo le llamaras Sky?
-Lo tengo clarísimo. Yuca. Le pega bastante, ¿no creéis?-dice mirándonos.-¿Y tú qué nombre le pondrás, Leni?
-Me gusta Kitka-murmuro.
-Creo que es un buen nombre-me apoya Sky.
-Estoy de acuerdo-me anima Bella.
Sonrío y miro a mí mascota:
-¿Qué te parece, bonita? Desde ahora eres Kitka.
Ahora empieza lo difícil.
Hogwarts, haya vamos.

Sueño PotterheadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora